Para palpar la pobreza en que miles de hogares de Olancho basta con adentrarse en la colonia Los Dardanelos, de Juticalpa.
En el lugar las covachas, construidas a escasos metros de una quebrada, con techos de cartón y pisos de tierra, reflejan tan solo una parte de las historias de familias pobres del departamento oriental.
En esta franja de uno de los municipios de mayor desarrollo de la zona residen 280 personas.
La representante del patronato, Liliana Díaz, asegura que han solicitado la ayuda del gobierno para construir sus viviendas con material, pero nunca se les atiende.
La alegría de cada día, relató Margarito de Jesús Barahona, de 83 años, es el cantar de las aves cada mañana.
El anciano dijo que su mayor preocupación son las goteras que en invierno inundan su hogar, y la fragilidad de su casa. Para la manutención del hogar, relató Margarito, cuando está bien de salud recibe apoyo de la panadería paz y bien, del complejo Santa Gertrudis, vende el producto y con lo que gana compra arroz, frijoles y manteca.
En las mismas condiciones permanece María Concepción Padilla, de 49 años, madre de cuatro hijos.
La señora trabajó durante 25 años en el crematorio municipal, con una remuneración de 30 lempiras al día.
En la actualidad se dedica a recoger materiales desechables en la calles de la ciudad de Juticalpa, labor que emprende desde la tres de la mañana para lograr unos 50 lempiras.
Los niños mayores no culminaron la escuela al no poder cumplir con las exigencias escolares.
A nivel del departamento los municipios de Guata, Guayape, Mangulile y Esquipulas del Norte son considerados como los más pobres. En Guata, las personas solo logran trabajar por varios meses consecutivos cuando se presenta la temporada de café, el resto del año pasan desempleados.
El municipio de Guayape ocupa el sexto lugar en tasa de analfabetismo del departamento.