Tegucigalpa, Honduras.— Los recientes acontecimientos suscitados en el país, especialmente en materia político electoral, tienen preocupados a más de uno; todos han derivado en pequeñas crisis dentro de los entes dedicados a regir la política en la nación.
La sociedad civil ha hecho énfasis en las repercusiones que podrían resultar de los embrollos ocurridos dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE), con un supuesto acto irregular denunciado por el consejero Marlon Ochoa, el pasado miércoles.
Además, de la rebeldía manifiesta del representante de Libre en el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), el magistrado Mario Morazán, quien se ha mostrado renuente a integrar el pleno de magistrados de esa institución, provocando con ello un atraso en la impresión de algunas papeletas electorales.
Estos problemas, más políticos que de procedimiento o de fondo, han recalado en el Poder Legislativo, dónde nuevamente la salida a esos desequilibrios institucionales es que la Junta Directiva del Congreso Nacional (CN) no convoque a sesiones a los diputados, mientras no se logren los cometidos del oficialismo.
¡Damos vergüenza!
Carlos Hernández, director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), expresó: "estamos muy preocupados, creo que al igual que la mayoría de la población hondureña. A 37 días del proceso electoral, nuevamente los órganos electorales entran en un conflicto, una situación lamentable que genera mucha incertidumbre".
La ASJ, mediante el Instituto de la Justicia, presentó un estudio denominado Termómetro Electoral, el que reveló que el 75% de los hondureños encuestados, es decir, tres de cada cuatro, afirmó tener poca o ninguna confianza en el CNE.
"Nuestra expectativa era que la institucionalidad, a partir de estos datos, haría un esfuerzo para lograr la legitimidad del pueblo hondureño para que pudiera acudir de manera masiva a las urnas con la confianza plena de que la institución responde a los intereses de la nación y no a intereses particulares", manifestó Hernández.
El veedor social lamentó, que, en cambio, a lo que se esperaba tras los resultados arrojados por el Termómetro Electoral, la sociedad civil está observando que las conductas de los funcionarios develan que están más interesados en satisfacer sus intereses particulares y no los de toda la sociedad hondureña.
Esa reciente encuesta reflejó que el 46% de la muestra considera que las próximas elecciones del 30 de noviembre serán "algo" o "muy fraudulentas", contra el 32% que si cree que serán limpias.
Voto masivo
Ante esa crisis en los órganos electorales, los representantes de la sociedad civil hacen el llamado a la clase política para crear y procurar por un ambiente sano que genere confianza a la ciudadanía de cara a las elecciones generales.
"¡Es una vergüenza! En plena visita de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, que están observando toda la situación que está sucediendo, la manera como se expresan los funcionarios, 1,800 centros sin conectividad, detenido el tema de la impresión, el Tribunal de Justicia Electoral asumiendo de manera pública una situación que delata la precariedad que tiene el sistema de justicia en general", evidenció Carlos Hernández.
La invitación desde la sociedad civil para la hondureñidad es que el 30 de noviembre tenemos la oportunidad de construir un sistema de gobierno que nos permita avanzar como país para superar los altos niveles de pobreza y eso sólo se logrará con un voto masivo, pero un voto responsable.