Honduras

Con artesanías combaten la pobreza en El Paraíso

En el departamento los talleres de productos artesanales generan más de 3,000 empleos directos e indirectos.

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01.07.2013

SERIE 1/5

Unos terrones de barro labrados en un paredón en la comunidad de El Sitio, El Paraíso, pronto estarán listos para ser enviados fuera de las fronteras.

El viaje de los grumosos pedazos de tierra arcillosa comenzará tras ser moldeados por las manos de Carlos Ricardo Gradiz, artesano.

La materia prima que servirá para armar varias piezas decorativas, que le han solicitado como regalo para unas familias en el exterior, fue traída desde las cercanías de la frontera Las Manos, pero no saldrá del país antes de ser convertida en un juego de elementos decorativos.

En total son seis metros de tierra los que adquiere por año a un costo de 350 lempiras, ya que el terreno donde extrae la materia prima es privado.

El mismo ritual de extracción y traslado del barro lo ha ejercido Gradiz durante 40 años.

Luego del traslado del barro hacia su casa comienza la lluvia de ideas en la mente del obrero que pronto plasmará en las figuras de barro.

Con la tierra que compró este año armará unas 700 piezas de diferentes tamaños y formas.

Entre el domingo y lunes de cada semana alistará el barro, trabajo que consiste en amasar los pedazos de tierra una y otra vez hasta que no posea grumos.

“De forma posterior hay que dejarla reposar unas horas”, explicó Gradiz.

El martes por la mañana inicia la confección de las artesanías, faena que concluye el miércoles; luego llegan los dos días dedicados a las ventas que son los jueves y viernes.

Los jarrones, comales y adornos decorativos varían en sus precios debido al trabajo y tamaño que posean. “Hacemos elementos decorativos de entre 200 y 2,000 lempiras”, dijo el artífice de las obras.

Productos únicos

A nivel del departamento, según informes de las autoridades locales, unos 20 artesanos del barro permanecen activos durante el año, quienes consideran que elaboran productos con trazos diferentes a los que se fabrican en otras zonas del país.

Los alfareros, en su mayoría, residen en los municipios de Danlí, El Paraíso, San Matías y Morocelí.

En el municipio de Soledad se producen pastes de baño, los que además de ser cosechados en la localidad son procesados para luego ser comercializados en mercados nacionales, así como en Centroamérica y Estados Unidos.

En la comunidad el 95 por ciento de los habitantes subsisten a través de la cosecha, proceso y venta de este tipo de productos.

El alcalde municipal, Ezequiel Casco, informó que el 50 por ciento del territorio de la localidad es utilizado para la siembra del paste.

Cada año se producen cerca de 1,000,000 de pastes en la comunidad, cosechados en dos ciclos de producción, primera y postrera.

De acuerdo con el munícipe, los vecinos años atrás conformaron una cooperativa, pero por falta de recursos económicos no se ha logrado que funcione.

Sin apoyo

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los productores de artesanías en el departamento es el escaso apoyo gubernamental con que cuentan.

La mayoría de los artesanos trabaja con los recursos económicos que por su propio esfuerzo han logrado acumular a lo largo de los años.

Por medio de un censo elaborado por las autoridades de la Unidad de Desarrollo Económico Local en los municipios de la región 11, que comprende Danlí, El Paraíso, Jacaleapa, San Matías, Potrerillos, Teupasenti, Trojes y Patuca, se logró establecer que los rubros artesanales predominantes en esta zona son la madera y confecciones textiles.

En el rubro de las artesanías elaboradas con madera laboran unos 100 talleres, 60 de los cuales se encuentran en el municipio de Danlí.

En el caso de las confecciones textiles incluyeron la marroquinería (trabajo de carteas, fajas, bolsitas para navajas, entre otros productos), artículos que se fabrican en unos 13 talleres de la región.

Los rubros de la madera, barro y cuero generan más de 300 empleos directos en el departamento.

En total se estima que los talleres artesanales generan unos 3,000 empleos en la zona, entre directos e indirectos.

Los talleres se han convertido en escuelas de las labores manuales, ya que durante décadas han formado a otras personas.

En la actualidad la mayor parte de los empleos en el rubro de las artesanías son generados en los talleres de madera o donde se fabrican artículos de cuero.

El conocimiento, en su mayoría, es transmitido a familiares y en menor escala a personas fuera del núcleo familiar.

Mercados

Pese al escaso apoyo con que han contado los artesanos, sus productos han llegado a otros países de Centroamérica y Europa, como ha sucedido con los cuadros tallados en madera, botas de cuero,
monturas, y artesanías de barro. La mayoría de los productos son adquiridos en la comunidad por turistas o vecinos que de forma posterior envían las artesanía a familiares que están fuera de Honduras.

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