Honduras

Baile y mojigangas se robaron el show en fiestas de Independencia

Personajes de leyendas catrachas, palillonas de la tercera edad, pegajosos ritmos populares, una boda y osados acróbatas, entre otras cosas, arrancaron aplausos del público en el recorrido de los colegios.

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07.04.2014

Fue una fiesta cívica, pero también una oportunidad en la que muchos demostraron su creatividad y buen humor.

Decenas de familias se olvidaron por un rato de los problemas para disfrutar de un desfile en el que aplaudieron, rieron y revivieron el amor patrio.

Y es que sin duda, las protagonistas de la jornada cívica de Independencia 2012 fueron las mojigangas, que, caracterizadas por populares personajes del momento, arrancaron sonrisas a los adultos y fueron el terror de los más pequeños.

Muchos fueron los centros educativos que le apostaron a los tradicionales y coloridos disfraces, entre ellos los propios del folclore catracho como la Sucia o Ciguanaba, la Muerte y el Coco, sin olvidar a personajes de videojuegos como los Angry Birds y Mario Bros, hasta figuras del fútbol y el espectáculo como la Chilindrina, el Sombrerero, Messi y Cristiano Ronaldo.

Talento nacional

Otro que llamó la atención fue el conjunto musical Soledad, que se incorporó a los desfiles junto a los alumnos del instituto José Trinidad Reyes, y durante el recorrido hicieron bailar a los espectadores al ritmo de populares canciones hondureñas.

Y un año más, quien irrumpió en el desfile fue la delegación del Instituto de Jubilados y Pensionados y su palillona estrella, Violeta Alvarado, que conquistó los aplausos.

De igual manera llamó la atención la pareja formada por Reina Carbajal y Rodolfo Girón, quienes vestidos de novios hicieron énfasis en la unión familiar.

Y una curiosidad que no pasó desapercibida fue el acto mostrado por la asociación de padres de familia Volvamos a Clases, que cargaron una jaula con cuatro gallos, y que según ellos representan a los diferentes colegios magisteriales del país. Los grupos de gimnasia también llamaron la atención con sus osadas figuras que desafiaban la gravedad. Y qué decir de los grupos coreográficos, que bailaron al ritmo de las contagiosas melodías que interpretaron las diferentes bandas de guerra.

Pero sin duda, el rey de estos desfiles fue el pequeño Joshua, de solo cinco años, y que acompañó en los bombos a la banda marcial del instituto Senderos de Luz, conquistando la admiración y el cariño del público.