TEGUCIGALPA, HONDURAS
El ingeniero José Roberto Hernández, titular de la Dirección General de Pesca y Acuicultura (Digepesca), fue destituido de su cargo, confirmaron fuentes confiables a lo interno de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG).
Esta sería la primera acción que se toma en ese ministerio una vez que la Unidad Investigativa de EL HERALDO expuso como el narcotráfico y el crimen organizado pagan hasta 25,000 dólares y reparten unos 200 mil lempiras en regalías para obtener una licencia de pesca industrial.
Informes de agentes de inteligencia y de investigadores antinarcóticos, así como testimonios de personas relacionadas con el rubro de la pesca, revelaron cómo la corrupción que generan los traficantes de drogas y los lavadores de activos, además de corromper a cierto personal de la Digepesca, también tocó a las máximas autoridades de esta secretaría.
Separación
Según las fuentes, a Hernández -quien tenía cinco años de permanecer en el puesto- se le pidió su renuncia, la cual la interpuso a partir del pasado viernes 1 de junio.
Su lugar ya lo ocupó el ingeniero José Luis Osorio, quien se había venido desempeñando como asesor de ese ministerio.
Asimismo se nombró a la abogada Lorena Hernández como subdirectora de la Digepesca. Ella anteriormente había desempeñado el cargo de registradora de la propiedad naval en la Marina Mercante.
Estas nuevas autoridades son las que deberán impulsar una limpieza en la oficina principal y en las 13 regionales, donde son frecuentes el soborno, la extorsión y las prebendas.
El personal de la oficina principal y de las regionales de La Ceiba y de Puerto Lempira es el más cuestionado, señalándose con nombre y apellido quienes piden hasta paquetes turísticos, boletos de avión y dinero en efectivo para dejar hacer y dejar pasar a embarcaciones cuyos propietarios son personas vinculadas al tráfico de estupefacientes y al blanqueo de capitales.
La Digepesca es la oficina oficial del gobierno que rige la pesca en el país, una industria que en los últimos años ha sido severamente penetrada por el narcotráfico y el crimen organizado.
A pesar de que el problema año con año ha ido creciendo, ninguna autoridad estatal ha hecho nada para contrarrestarlo, más bien se han lucrado del fenómeno.
Gracias al pago de sobornos en la Digepesca muchas embarcaciones de pesca industrial utilizadas para el tráfico de drogas anualmente limpian su historial delictivo y renuevan su licencia, detallan los informes.
El reto que enfrentan las nuevas autoridades de Digepesca -de acuerdo con una fuente vinculada a la explotación marina- no solo es el de depurar el recurso humano, sino que también debe realizar una limpieza en la flota pesquera industrial, donde hay una fuerte demanda de licencias de pesca de langosta, pepino de mar y caracol a pesar de que la extracción de estos productos con los años ha ido decayendo.
Además de lidiar con las embarcaciones y las plantas procesadoras de personas vinculadas al tráfico de narcóticos y lavado de activos, la nueva administración de la Digepesca también deberá luchar contra la forma de pesca ilegal y el uso de algunas técnicas prohibidas como la pesca con “hooka” o manguera que se ha detectado en los bancos de pesca.
