Tegucigalpa, Honduras.- Las autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) resaltaron la reducción de la inseguridad alimentaria en el país y la región.
De acuerdo a los datos, en los últimos dos años (2022-2024) Honduras logró reducir el 10% de la vulnerabilidad de seguridad alimentaria.
Los resultados de la Clasificación Integrada de las Fases (CIF) indican que el comportamiento de la Inseguridad Alimentaria y Nutricional en el territorio para el año 2022 fue de 28%, mientras que para agosto del 2024 la clasificación bajó al 18%.
Ese porcentaje representa que unos 700,000 hondureños salieron de la fase grave de la inseguridad alimentaria; es decir, son aproximadamente 184,000 familias que lograron superar su condición de vulnerabilidad.
La ministra de la SAG, Laura Elena Suazo, indicó que parte de los resultados son gracias a los distintos programas que realiza la secretaría.
Entre ellos destacó el programa EuroSAN DeL, financiado por la Unión Europea (UE), a través del cual se beneficiaron más de 82 mil familias en 39 municipios,
La inversión que se realizó para ejecutar el programa ronda los 20.5 millones de lempiras, bajo esa inversión se han implementado 169 iniciativas con el objetivo de fortalecer la producción agrícola local, mejorar la nutrición y desarrollar infraestructura en comunidades rurales.
“La seguridad alimentaria y nutricional es para todos y todas de todas, se traduce en el acceso a alimentos en todos los sentidos”, manifestó la ministra Suazo.
Agregó que “desde la SAG tenemos claro que debe haber producción para exista alimento, ese acceso a alimento debe ser continuo, todos los días del año”.
A pesar de la reducción, la variabilidad climática y los eventos naturales extremos siguen impactando negativamente en el combate de la inseguridad alimentaria.
El informe Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024, publicado hoy, afirma que América Latina y el Caribe se ubica como la segunda región del mundo más expuesta a eventos climáticos extremos después de Asia.
En la región, al menos 20 países (el 74 por ciento de los países analizados), enfrentan una alta frecuencia de tales eventos, lo que indica una exposición significativa, y 14 (52 por ciento) se consideran vulnerables porque tienen una mayor probabilidad de tener un impacto en la subalimentación debido a esos fenómenos.