Las raíces aéreas de sus árboles surgen de las aguas saladas en costas, estuarios y deltas, formando un entramado que alberga a multitud de especies animales (peces, moluscos, crustáceos), muchas de ellas importantes para la alimentación humana. Los manglares son zonas de apareamiento y cría de gran cantidad de estas especies, son refugio para alevines y pececillos en desarrollo, y otras formas de vida marina en etapa larvaria. Además, protegen a estas costas de la erosión, y han proporcionado durante siglos multitud de recursos a las poblaciones locales.