El exquisito aroma que desprende un mágico fruto rojo que predomina en los matorrales de San Marcos de Colón despierta un encanto que enamora el mercado local y hasta el internacional.
A cualquier hora del día para los sanmarqueños tomarse una taza de Café Aroma se vuelve el antojo más apetecible de la jornada. Considerado como un potencial productor y exportador del rubro, la fresca ciudad de los pinares abastece el comercio interno y extranjero con un producto 100% orgánico y a cero defecto.
Cuidadosamente los caficultores de la zona vigilan la calidad de esta fascinante infusión desde su proceso de despulpado, beneficiado seco en los patios, en secadoras solares y preparación de planta con procesamientos especiales.
Para llevar este proceso con mayor eficiencia, el Beneficio seco de Cocasam en Comalí cuenta con un personal de alrededor de 20 personas conformado por cuatro hombres y 16 mujeres, que debidamente capacitados asumen su responsabilidad de manera individual a través de distintas áreas como: clasificación en banda, abonos orgánicos, beneficios húmedos, en tostaduría y en preparación de café especial en seco.
De lunes a viernes, la faena de esta planta comienza a partir de las 7:00 de la mañana y el tiempo de preparación para lograr el punto perfecto del grano abarca medio año, lapso que se divide en tres meses de reposo a partir de octubre que es cuando comienza el corte de café y según su altura debe permanecer en igual estado de reposo para obtener la uniformidad del líquido en la taza.
El resto del tiempo, el producto permanece en el beneficio. Durante este período, se produce una cantidad con más de 4,000 quintales de los cuales 3,500 son exportables y el resto que son distribuidos en el área de tostaduría para el consumo local.
Wilson Ordóñez, jefe de producción explica que los aspectos que ponen en riesgo la calidad del café empiezan desde el corte, ya que “si el corte no es parejo no hay uniformidad en la preparación y se aconseja que el fruto se corte únicamente cuando el mismo tiene el color rojo”, advierte.
Según el productor, después de la corta sigue el paso del beneficiado húmedo y esto implica que si un café no ha sido bien lavado puede dañarse y hay sobrefermento en el grano.
Debido a que el café no solo constituye la segunda bebida más ingerida del mundo sino que además es el segundo producto más comercializado después del petróleo, una vez que el grano ingresa a la zona de beneficio seco, el ciclo conlleva un cuidadoso proceso de selección que implica la clasificación del grano dañado por medio de una máquina que luego de que elige el grano en mejor estado, un grupo de obreras se encarga de extraer la semilla deteriorada que no pudo eliminar la máquina y de esta manera garantizar a un 100% la calidad del producto.
Esta apasionante tarea de los caficultores sanmarqueños contempla muchas etapas y aspectos importantes en los que se destaca el minucioso tiempo de selección, pues la mayor parte de lo que se extrae se exporta a Estados Unidos, donde posteriormente sufre otros procesos de manufacturación.
La población estudiantil de la zona acostumbra a realizar visitas educativas para conocer los pasos del ciclo cafetalero, uno de los rubros más importantes de este laborioso municipio.
El resto de las etapas y criterios técnicos que implica este rubro se evalúan oportunamente en el área de laboratorio y durante el proceso de cata, que es cuando se define la última calidad que distingue este producto tan emblemático de este lugar.
Sin el uso de pesticidas, insecticidas tóxicos y con certificado orgánico, este café se cultiva en el suelo fértil de San Marcos de Colón bajo sombra de estricta altura y producido al método tradicional.