Según marca la historia, fue un 10 de abril de 1912 que el imponente Titanic zarpó de Inglaterra para hacer historia. Precisamente la noche del 14 de abril, en plano mar abierto, la embarcación impactó contra un gigante bloque de hielo causando la tragedia que todos conocemos.
En este día cien años se conmemoran del accidente, y alrededor del mundo se han realizado grandes homenajes a las victimas y expediciones al lugar del hundimiento.
Por si fuera poco, los cines desde ayer exhiben a nivel mundial y en tercera dimensión la oscarizada cinta Titanic como parte de las actividades del centenario.
Nuestro internacional pintor primitivista Roque Zelaya Acosta no se ha quedado atrás y para la ocasión ha alzado su pincel para crear con su particular estilo una serie de pinturas alusivas al día de la salida del Titanic.
“Titanic fue todo un poder en el mar, aquel gigante monumental y efímero barco de la ingeniería marítima de entonces que llegó a considerarse que nada ni nadie podría jamás hundirlo”, recuerda Roque en relación a la historia del navío.
Zelaya continúa: “mientras los icebergs comienzan a desprenderse de la zona polar al noreste de Terranova, Canadá, a miles de kilómetros del Titanic, que ya había zarpado”.
El pintor comentó que incluso, ya en mar Atlántico, el Titanic sufrió un incendio regular, cuyas llamas fueron controladas, como una premonición de que el hielo y las gélidas aguas se llevarían a más de la mitad de sus ocupantes.
“El 14 de abril amaneció en El Titanic un día fantástico con un manso mar, con un cielo infinito de claridad fascinante que invitaba a los pasajeros a extasiarse de tanta belleza alrededor del enorme barco. dadas las 10:00 de la noche de ese fatídico domingo, a dos horas para el lunes 15, un cielo con millones de estrellas, una noche no tan oscura y pocas posibilidades de una buena visión de los centinelas en las galeras de vigilancia del barco, porque la tecnología de entonces para detectar icebergs era la simple vista, por eso los guías tenían que ser expertos en su labor. El momento del choque fue tan sutil que nadie de los pasajeros gritó, nadie se asustó, nadie supo que el Titanic solo tenía 2 horas antes de sucumbir en las gélidas aguas de Terranova”, enfatiza en cuanto a las horas finales del barco.
Trabajo artístico
En cuanto a las obras preparadas para la ocasión, Roque realizó cinco pinturas, las cuales están basadas en cuando zarpó el Titanic el 12 de abril de 1912.
En el cuadro principal de esta pequeña colección se puede apreciar al Titanic zarpar desde Londres, con gente con los peculiares rasgos que a Zelaya le gusta imprimir haciendo gestos de despedida hacia la tripulación del barco.
Incluso en uno de ellos Roque plasma la historia de una familia que no pudo abordar el barco a tiempo y se logró salvar de la tragedia.
En cada una de las piezas elaborados en un material no convencional, como es el carboncillo, Zelaya desborda viveza a través de los colores, predominando el azul marino y el ectópico rojo naranja del atardecer como un presagio de lo que ocurrió hace ya 100 años atrás.
Nombrado uno de los maestros del primitivismo
Este artista nacido en 1958 es considerado el emblema del naíf y recrea con un estilo delicado y muy definido las faenas, situaciones y paisajes de los pueblos recónditos de la nación.
Un tono que no falta en las conceptualizaciones de Zelaya es el verde, mostrando así la exuberancia, fertilidad y riqueza natural de este país. Si hay palabras que pueden describir el arte de Roque Zelaya, sin duda son alegría, naturaleza y vida cotidiana de los indígenas.
Roque visita cotidianamente su pueblo natal San Antonio de Flores, ya que de ahí saca los temas e ideas que lo inspiran a pintar una temática costumbrista en cada una de sus obras.
La reconocida escritora doña Leticia de Oyuela (ya fallecida) fue quien vislumbró su potencial como artista; ella lo abasteció de material, bastidores, pinceles, pinturas, esto fue en 1977, para su primera exposición, siendo él todavía un desconocido en el ambiente artístico.
Sus primeras obras de pequeño formato recuerdan aquellos antiguos planos medievales en que se pueden apreciar las calles retorcidas trazadas con la misma concepción que se da a los ríos, quebradas o vertientes y cuya línea divisoria solo es comprensible por las variantes del color.
El estilo barroco que impregna la obra de Roque Zelaya convierte sus obras no solo en concepciones pictóricas definidas por la visión poética de sus interioridades, sino que lo conduce a una aproximación poética de la realidad, sin mitificarla; 24 pinturas de Roque Zelaya están en la página web de la galería Gina’s Galery, del coleccionador de arte naíf Dan Chill. esta galería tiene dos sedes: una en Nueva York y otra en Tel Aviv.
Actualmente promueve el proyecto de arte giclé en Honduras junto a otros artistas.