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El idioma español evoluciona y se extiende

En el marco del Día del Idioma Español destacamos seis acontecimientos importantes que han permitido su desarrollo y difusión.

22.04.2013

Actualmente, más de 495 millones de personas hablan el español, que tiene su punto de partida en el latín vulgar que se propagó en España a finales del siglo III d. C.

Juan Antonio Medina, docente de literatura y asistente de la rectoría para Asuntos Académicos y Culturales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) y académico de la Academia Hondureña de la Lengua (AHL), refirió que las primeras manifestaciones del castellano fueron en el siglo X d.C., aproximadamente por el año 974, “fecha en que algún monje que no conocemos hizo unas glosas en textos que estaban escritos en latín o en griego, las glosas son explicaciones que se hacen cuando se está leyendo un libro y se escriben apuntes en los márgenes, y ese monje del monasterio de San Millán de la Cogolla estaba escribiendo algo que ya no era latín ni griego, sino que era una lengua distinta. El hecho de que estos manuscritos todavía existen nos permite a nosotros fechar el origen del español o, por lo menos, calcularle la edad, esta es una lengua milenaria, y no es tan fácil destruirla porque si surge en el siglo X d. C. y estamos en el XXI ya tiene más de los mil años”, expresó.

Aunque estas 'glosas emilianenses', como se les conoce, no son las primeras, ya que en ese mismo siglo pero en el año 959 un monje encargado de la despensa en el Monasterio de los Santos Justo y Pastor, en La Rozuela, escribió la Nodicia de kesos, que no es más que una lista de víveres.

El texto es breve y está escrito es un castellano muy primitivo, y ha despertado el interés de los investigadores, por lo que le ha quitado el primer lugar a las glosas emilianenses que fueron escritas casi dos décadas después.

El castellano: lengua oficial

En el siglo XIII, Fernando III y Alfonso X ampliaron los límites del Reino de Castilla y León hasta las fronteras del Reino de Granada, y “se inició a su vez el proceso de formación del castellano como lengua estándar”, refiere el libro “Las voces del español: tiempo y espacio”, una publicación de la Real Academia Española (RAE) y de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). Esto permitió que el uso del castellano se afianzara, con respecto al latín y las lenguas romances de la península.

Alfonso X expandió el uso del castellano “al generalizar la redacción de los documentos de su cancillería y promover la elaboración de un importante número de obras” en las áreas de derecho, historiografía y ciencia.

En el siglo XVI “el castellano fue oficializado como lengua”, dijo Marco Carías, director de la AHL. El mayor florecimiento literario del castellano se produjo en los siglos XVI y XVII, en los que destacan nombres de escritores como Garcilaso de la Vega, Miguel de Cervantes y Lope de Vega, que con su literatura hicieron importantes aportes a la lengua, tal es el caso de Cervantes, autor de la obra cumbre de la literatura española: “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.

En Francia, Italia e Inglaterra se editaron gramáticas y diccionarios para aprender el español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del siglo XVIII.

La primera gramática

Para 1492 en la península ibérica se hablan diferentes lenguas romances, como el asturiano, el leonés, el aragonés y el catalán, pero en ese tiempo “el más fuerte, el guerrero y el conquistador es el castellano, que coincide con el descubrimiento de América”, dijo Medina.

No obstante, solo las lenguas cultas, el latín y el griego, eran objeto de estudios y publicaciones, mientras que la lenguas romances solo se regían por el uso de los hablantes.

Fue así que 1492 se publica la primera Gramática Castellana, escrita por Antonio de Nebrija.

En “Las voces del español” dice que “la Gramática Castellana de Antonio de Nebrija es el primer tratado gramatical dedicado a una lengua vulgar”. Esta publicación fue semejante a los estudios dedicados a la lenguas clásicas y pretendía reducir a reglas la lengua propia, “facilitando con ello el aprendizaje del latín a través del romance y el aprendizaje del español, especialmente para los extranjeros”.

La obra de Nebrija se completa con dos diccionarios bilingües: latín-español (1492) y español-latín (1495), y un tratado de ortografía (1517).

Según Carías, “la publicación de la primera gramática fue más un fenómeno cultural que político”.

Nebrija fue pionero al sentar las primeras normas y reglas lingüísticas de una lengua vulgar, hecho que coincidió con el descubrimiento de América, que permitió la difusión del castellano en esta región, y que implicó cambios sustanciales en la lengua y dio lugar a la formación del castellano americano.

Fundación de la RAE

En 1713 se produce otro hito importante: la fundación de la Real Academia Española (RAE).

La iniciativa fue de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, aunque su constitución fue aprobada por Felipe V el 3 de octubre de 1714, y la colocó bajo su “amparo y Real Protección”.

La creación de la Academia “surge en parte por influencia francesa, ya que los franceses tienen esa idea de regular las distintas facetas de la vida pública, en cuenta el idioma... entonces sí hay un poco de connotación en cuanto a que la Academia es la que va a fijar el idioma, el que se va a hablar tal como diga la Academia, pero es un poco la versión del siglo XVIII, que es un siglo muy racionalista”, señaló Carías.

La Academia nació con el objetivo de fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza, de ahí la leyenda “Limpia, fija y da esplendor”, que enuncia el propósito de combatir “cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma y de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI”, registra su historia. En la actualidad es responsabilidad de las 22 academias velar por la conservación de la lengua.

La Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) permite que el resguardo de la lengua sea más democrático; “durante mucho tiempo la RAE fue como la madre de las academias y, actualmente, todas estamos al mismo nivel y en las reuniones que se realizan se definen las políticas del idioma. No es que las define la RAE y que después la RAE mande sus instrucciones, sino que es un proceso que se realiza entre todas... podríamos decir que se ha democratizado el sentido de autoridad dentro del idioma”, apuntó Carías. Y estas disposiciones tomadas en conjunto son a las que la Asale presta atención y da seguimiento para hacer que se cumplan, “pero tampoco en el sentido de que vamos a ser una policía del idioma, ha habido disposiciones que luego se han echado para atrás porque la gente sigue utilizando las palabras de la manera que les parece más cómodo y eso no se puede impedir”, dijo.

Enseñanza en la universidad

La organización del sistema educativo en el siglo XVIII permitió que en este tiempo se autorizara la enseñanza del castellano en las universidades.

En el llamado siglo racionalista tuvo lugar la Revolución Francesa, conflicto social y político en el que de una u otra forma terminan de organizarse algunas cosas, “sobre todo en los tiempos de Napoleón Bonaparte, que fue quien organiza más o menos el sistema educativo francés y en los demás países poco a poco se va apropiando”.

El idioma “empieza a estudiarse de una manera más universitaria y académica, antes tal vez no era sujeto de tanta preocupación porque para qué enseñar una cosa que usted ya sabía, pero entonces el idioma necesita enseñarse para poder saber su estructura, saber hablarlo bien y estudiarlo ya de una manera formal”, expresó Carías.

En el siglo XVIII, en muchas universidades europeas y españolas el idioma académico era el latín y muchas de las lenguas vernáculas quedaban fuera de los pasillos universitarios “y usted tenía que entrar a hablar latín, que ya era un latín muy desvalorizado, que en Europa le decían el latín macarrónico. Esto durante mucho tiempo de alguna forma coaccionó para que el idioma propio, el español en este caso, se desarrollara en aulas más sofisticadas”.

Español es el nuevo término

En 1925 la RAE adoptó oficialmente el término español para referirse a la lengua. La palabra castellano se utilizó durante mucho tiempo en alusión a Castilla, el lugar donde se originó. “La expansión de los reinos de España en el llamado nuevo mundo hace que el idioma se vaya extendiendo y en muchos aspectos deja de ser castellano para universalizarse, de ahí el término español, porque es el idioma de todo el imperio, de todo el contexto geográfico en donde llegó a ser la lengua dominante, que es el caso de todos nuestros países, entonces ya no cabe hablar de castellano porque el castellano en sí sería el idioma de Castilla”, detalló el director de la AHL.

El año de 1925, también “marca el tiempo medio de toda una enorme producción literaria que desde América había conquistado España, solo hay que mencionar a Rubén Darío para entender cómo los movimientos literarios españoles de finales del siglo XIX y las primeras dos décadas del siglo XX tienen una influencia tremenda de los escritores latinoamericanos, entonces hay que reconocer ese fenómeno de tanta fuerza y no es raro que en 1925 la RAE haya adoptado el término español para referirse al conjunto del idioma que hablábamos todos”, puntualizó.

Instituto Cervantes

En 1991 se creó el Instituto Cervantes (IC). Si la Asale vela por la unidad y preservación del español en los países hispanohablantes, el IC “ha sido creado específicamente para la enseñanza del idioma español en lugares donde no es la lengua materna”, explicó Marco Carías.

Actualmente, el Instituto está presente en 77 ciudades de 44 países en los cinco continentes, con el fin de difundir el aprendizaje de la lengua española. El pasado viernes el IC y la Universidad de Harvard firmarían un convenio para establecer el Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard, no obstante, el atentado ocurrido en Boston impidió que se celebrara la firma.

Estos seis hitos de la historia del español refieren cómo el idioma cada vez evoluciona y se expande más, logrando de esta manera que aquella lengua desconocida del siglo X d.C, en el siglo XXI sea la segunda lengua del mundo por número de hablantes y el segundo idioma de comunicación internacional.

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