Tegucigalpa, Honduras.- Gerardo Torres afirmó que “un millón de personas dejaron de ser pobres” desde el inicio del gobierno de Xiomara Castro. Esta declaración ha generado dudas sobre la veracidad y el contexto de la cifra, así como la metodología utilizada para aseverar la reducción de la pobreza en Honduras.
Expertos en economía señalan que interpretar una cifra como la de la disminución de un millón de personas en esa condición requiere más análisis.
La pobreza es un fenómeno multidimensional que depende no solo del ingreso, sino también de factores como alimentación, salud, vivienda y educación.
Por ello, analizar qué respalda realmente esta cifra implica revisar los datos oficiales y la metodología aplicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), además de otros indicadores económicos.
Muestra insuficiente
En marzo de 2019 se implementó una actualización metodológica denominada “pobreza monetaria” para la realización de la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM), en la que el INE detalla la condición de pobreza de los hogares.
Esta actualización incluye más variables para calcular el ingreso de las personas, considerando su clasificación en poblaciones urbanas y rurales.
En este contexto, se autorizó la denominada “línea de pobreza” en Honduras: L. 2,697 de ingreso mensual por persona en áreas urbanas y L. 1,424 de ingreso mensual por persona en áreas rurales.
Los hogares con ingresos por debajo de esta línea se clasifican como “pobres”. Además, se consideran variables como el acceso a la canasta básica de alimentos y a servicios esenciales.
El análisis de los niveles de ingreso o consumo permite determinar que una persona u hogar es considerado “pobre” cuando su ingreso o consumo se encuentra por debajo de la línea de pobreza, evidenciando que sus necesidades básicas no están completamente satisfechas.
En 2021, el INE encuestó 2,128,432 hogares, de los cuales 1,566,698 eran pobres y 561,734 no pobres, lo que representó un 73.6% de pobreza. En 2022 no se realizó ninguna encuesta.
En 2023, la EPHPM incluyó 2,483,532 hogares, con 1,591,424 pobres y 892,108 no pobres, estimando un 64.1% de pobreza a nivel nacional. La encuesta más reciente, de 2024, abarcó 2,525,648 hogares en los 18 departamentos y registró un 62.1% de pobreza.
Una muestra insuficiente, de acuerdo a expertos, tomando en cuenta que la población en Honduras asciende a 10 millones de personas.
Para clasificar a los hogares, se consideró la línea de pobreza basada en ingresos, tomando en cuenta el Costo de la Canasta Básica de Alimentos: L. 5,131.8 por persona en áreas urbanas y L. 2,604.5 en rurales.
Los hogares con ingresos por debajo de esta línea se consideran “pobres”, es decir, que sus necesidades básicas no están completamente satisfechas.
Si no se aplica este criterio, el INE evalúa directamente carencias como acceso a agua potable, saneamiento, educación de niños entre 7 y 12 años, número de dependientes por persona ocupada y hacinamiento (tres o más personas por pieza).
Aunque el estudio está publicado en el sitio del INE, la metodología no detalla cómo se mide la reducción de la pobreza a nivel de personas, solo cómo se clasifica a los hogares como pobres según sus necesidades básicas insatisfechas.
Más hogares pobres
La pobreza se mide mediante encuestas de hogares representativas, cuyos resultados se expanden estadísticamente para estimar la condición de pobreza a nivel nacional. Esto significa que los números absolutos de hogares pobres no provienen de un conteo directo, sino de estimaciones basadas en la muestra.
Entre 2021 y 2023, los hogares pobres aumentaron de 1,566,526 a 1,591,424, un incremento de 24,898 hogares, a pesar de que el porcentaje de pobreza cayó de 73.6 % a 64.1 %. Esto se debe a que el total de hogares creció más rápido que la disminución proporcional de la pobreza.
Entre 2023 y 2024, los hogares pobres bajaron ligeramente a 1,588,633, reflejando una disminución tanto en número absoluto como en porcentaje. Comparando 2021 con 2024, los hogares pobres aumentaron en 22,107, aunque la proporción de pobreza disminuyó 10.7 puntos, de 73.6 % a 62.9 %.
Estos datos muestran que, aunque la proporción de hogares en pobreza disminuyó, el número absoluto de hogares pobres se mantuvo relativamente estable.
Además, no se puede comparar directamente a personas usando un promedio de integrantes por hogar, ya que la encuesta está diseñada para estimar hogares y no individuos. Por ello, afirmar que “un millón de personas dejaron de ser pobres” carece de respaldo metodológico.
Para el economista Roberto Lagos hay una confusión metodológica entre medir la pobreza en términos relativos y medirla en términos absolutos.
Lagos explicó que aunque en términos relativos la pobreza bajó más de 10 puntos (del 73.6% al 64.1%), si se mira en términos absolutos —es decir, el número real de hogares pobres— en lugar de disminuir, hubo un incremento de más de 24,000 hogares pobres en el mismo período.
“Los resultados en términos absolutos durante este mismo periodo y podrá comprobar usando los datos oficiales del INE que los hogares pobres se incrementaron en 24,726”, aseguró el máster en Economía.
Otros factores económicos
Economistas consultados por EH Verifica señalaron hay otros factores que no se han tomado en cuenta y que podrían estar influyendo en la mejora de los indicadores.
Entre ellos, la recuperación económica posterior a la pandemia, aumento de la migración y el aumento de remesas y no únicamente por las políticas públicas impulsadas por el actual gobierno.
A criterio del economista Alejandro Kaffati no hay estudios técnicos que demuestren que los programas sociales implementados hayan tenido un impacto directo en esa disminución y atribuye esa mejora a la recuperación de empleos después del golpe económico del covid-19.
“No se han analizado otros factores, como los subsidios, y cómo han contribuido a mitigar los efectos de la pobreza o a influir en la economía en general. Además, la dinámica económica del país, aunque no óptima, sigue presente”, opinó Kaffati
El experto agregó que “no podemos dejar de lado tampoco la migración y las remesas familiares; los niveles de migración se mantienen desde antes de la pandemia, y las remesas han crecido hasta representar un récord del 25% del Producto Interno Bruto (PIB)”.
El economista Henry Rodríguez consideró que “la metodología de medición de la pobreza está desfasada, se mide por la línea de pobreza, con la covid-19 se incrementó, pero luego la economía se recompuso y volvió al nivel anterior, subió y bajó por la crisis y luego la recuperación”.
Liliana Castillo, expresidenta del Colegio de Economistas (CEH), aclaró que unque esta disminución refleja cierta recuperación, no hay respaldo para asegurar la cantidad exacta de personas que dejaron de ser pobres, y desde hace varias décadas no logra bajar del 60%.
“En los años 2022, 2023 y 2024 se tuvo un crecimiento moderado que generó algunos empleos y que pudo contribuir en parte a esta reducción del nivel de pobreza. Aun con esta leve mejora, somos el país con el nivel de pobreza más alto en Latinoamérica”, opinó Castillo.
En conclusión, la pobreza en Honduras se mide en hogares y no en individuos, y aunque en términos relativos el país redujo más de diez puntos la proporción de hogares pobres entre 2021 y 2024, en números absolutos la cantidad de hogares pobres prácticamente se mantuvo.
Expertos coinciden que la baja en la tasa de pobreza refleja más la recuperación económica postpandemia, el crecimiento de las remesas y la migración que un efecto directo de las políticas sociales. Sin estudios técnicos de impacto, no es posible sostener con rigor que un millón de hondureños dejaron de ser pobres.