Tegucigalpa, Honduras.- A medida que se acercan las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025, el debate político en Honduras se ha visto ensombrecido por un aumento en el discurso de odio o ataques ad hominem en redes sociales, indica un análisis de EL HERALDO Verifica.
Políticos y funcionarios han convertido sus plataformas digitales en espacios donde la confrontación sustituye el debate de ideas, afectando la calidad democrática y desmotivando a los votantes, según analistas.
El uso de este tipo de lenguaje agresivo no solo polariza a la sociedad, sino que también puede influir en la participación electoral, ya que los ciudadanos, al ver el nivel de confrontación, pueden optar por abstenerse de votar.
Ante esta situación, EL HERALDO Verifica explica que es fundamental que la población aprenda a identificar y evitar el discurso de odio para no caer en la manipulación y contribuir a un proceso electoral más informado y responsable.
Qué es y cómo reconocerlo
El discurso de odio se define como cualquier expresión que incite, promueva o justifique la violencia, la discriminación o el desprecio hacia una persona o grupo por razones de raza, etnia, género, religión, orientación política u otra característica protegida, define las Naciones Unidas.
En el contexto electoral hondureño, este tipo de contenido suele manifestarse a través de ataques personales en lugar de argumentos; uso de lenguaje agresivo o despectivo; difusión de información falsa o manipulada; incitación a la violencia y estigmatización de sectores sociales.
Por el ejemplo, el secretario de Planificación Estratégica, Ricardo Salgado, reaccionó en X a una publicación realizada por el exdiputado del Partido Anticorrupción (PAC), Aníbal Cálix.
Expertos en comunicación política advierten que el discurso de odio tiene un efecto negativo en la participación electoral, ya que genera un ambiente de hostilidad e incertidumbre.
Muchos votantes, especialmente jóvenes y sectores indecisos, pueden sentirse desmotivados o temerosos de expresar su opinión, lo que favorece la abstención y disminuye la calidad del proceso democrático.
Además, cuando el debate público se basa en ataques personales en lugar de propuestas, los ciudadanos pierden la oportunidad de conocer soluciones reales a los problemas del país.
Esto, dicen los analistas, puede llevar a que las elecciones se definan más por la emoción que por el análisis crítico de las opciones disponibles.
Estrategias para evitar
El equipo de verificación de EL HERALDO recomienda verificar la información antes de compartir; analizar el contenido antes de reaccionar; priorizar debates constructivos; denunciar contenido dañino y promover el pensamiento crítico.
“Es importante seguir estas instrucciones al pie de la letra para que sea la misma población que elimine la propagación de los discursos de odio y que prevalezca el debate constructivo y el respeto en este proceso electoral”, recomienda José Quezada, coeditor de EL HERALDO Verifica.
A pocos días de las elecciones primarias en Honduras, es fundamental que los ciudadanos aprendan a detectar y evitar el discurso de odio para no dejarse manipular ni contribuir a la polarización.
Un proceso electoral sano se basa en el intercambio de ideas y propuestas, no en ataques personales ni en la propagación de mensajes de odio.
La democracia hondureña necesita una ciudadanía informada, capaz de analizar los discursos políticos con criterio y participar activamente en la construcción de un futuro mejor.