Tras la pandemia de covid-19 se dispararon los suicidios en Honduras

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El teléfono apenas sonó dos veces antes de que una mujer contestara dulcemente. Por el sonido de la voz tendría menos de 30 años, pero sus palabras fueron tan reconfortantes y dulces, que parecía tener la sabiduría de un adulto mayor.

-¡Buenas tardes!

-Hola, buenas. Fíjese que encontré este número en internet y me gustaría saber cuál es el tipo de asistencia que dan.

La mujer contestó a la interrogante de forma amable, como haciendo saber que estaba allí si la periodista quería hablar, pues se estaba comunicando a través de una línea de asistencia suicida.

“Yo siempre he dicho que un problema contado es un problema mitad resuelto”, exteriorizó, dejando ver que hablar representa un gran desahogo, pero también es necesario buscar ayuda con expertos en salud mental.

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Su trabajo consiste en recibir llamadas anónimas de personas que -por múltiples causas- tienen pensamientos suicidas, un problema que se ha disparado tras la pandemia del covid-19.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a inicios de 2021 que por el confinamiento obligatorio, el temor a infectarse de un virus invisible, la pérdida de un ser querido y el desempleo ha habido un aumento en las enfermedades mentales, por lo que se reportaba un incremento en los suicidios. El organismo internacional pidió a los gobiernos crear mecanismos para contrarrestar esta situación.

Honduras no quedó exenta de este problema ocasionado por “falta de manejo emocional”, según el psicólogo Óscar Medina. Un total de 3,689 personas se quitaron la vida desde 2013 hasta octubre de 2022, según datos de la Secretaría de Seguridad. La mayor preocupación es que en 2021, un año después de la llegada del covid-19 al país, se reportó un aumento en los casos. Incluso, los reportes señalan que las cifras de 2021 fueron las más altas de los últimos 10 años: hubo 558 suicidios, es decir, 6 casos por cada 100,000 habitantes.

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En 2019 la tasa de suicidios fue de 5 por cada 100,000 habitantes, según análisis realizados por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus. En ese año se contabilizaron 433 muertes, mientras que en 2020 la cifra cayó a 409.

En 2021 los casos se dispararon, mientras que en 2022 se registraba una baja, al menos hasta octubre. Los casos indican que -si los reportes siguen como hasta ahora- los números pueden ser similares a los de 2019.

“La pandemia generó un estrés postraumático en muchas personas, más todas las situaciones de por medio que se dieron en ese encierro”, explicó Medina al interiorizar sobre el impacto del confinamiento en los hondureños.

El experto, quien trabaja en el centro de salud de Las Crucitas, en la capital de Honduras, dijo que la convivencia diaria durante ese año (2020) ocasionó conflictos familiares que también dispararon las cifras de divorcios, violencia doméstica y, sobre todo, enfermedades de salud mental que -en muchos casos- al no ser tratadas a tiempo, lastimosamente, se tradujeron en suicidios.

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Enero de 2021 registró 19 suicidios más que el mismo mes de 2020. En 2022, los casos nuevamente disminuyeron; sin embargo, si hacemos el mismo comparativo con mayo de 2021, ningún mes supera esa cifra, ni siquiera en los últimos 10 años.

Solo en mayo del año pasado el país perdió a 71 personas que decidieron quitarse la vida por múltiples causas; sin embargo, expertos en psicología mencionan que la depresión debido a malos tratos en la familia, la incapacidad de manejar situaciones sociales que terminan en rupturas de pareja y, además, no saber cómo gestionar las emociones fueron los principales detonantes.

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En septiembre de 2021, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) afirmó que la autoaniquilación representa la cuarta causa de muerte y que los hombres son cuatro veces más propensos a quitarse la vida en comparación con las mujeres.

La información recopilada por el Observatorio de la Violencia coincide completamente con los datos del portal abierto de la Secretaría de Seguridad, pues en los últimos 10 años 2,939 hombres y 746 mujeres se quitaron la vida. Esto significa que por cada cuatro suicidios de hombres hubo uno de una mujer.

Para Medina, esto ocurre porque “una mujer puede expresarse emocionalmente sin ser juzgada, puede buscar maneras de apoyo, grupos de referencia con sus amistades, ¿pero qué pasa cuando viene un hombre? Se ve mal, se ve como poco hombre, en el machismo se tiene la idea de que el hombre sea el que no exprese ninguna emoción”.

El experto destacó que por eso es necesario hablar de atención psicológica y psiquiátrica, sin embargo, Honduras es uno de los países que menos atención da a las enfermedades mentales.

De los 28 hospitales que hay, 16 no cuentan con ningún psicólogo. Lo peor de todo es que apenas hay 56 psicólogos contratados de forma permanente para más de nueve millones de habitantes.

“La Secretaría cuenta con un déficit grande para el área de psicología”, lamentó la psicóloga Silvia Valladares.

Mientras tomaba la terrible decisión de quitarse la vida con una pastilla, una mujer se despidió a través de un video que publicó en sus redes sociales. La joven, quien residía en Choloma, Cortés, lamentó que sufría “humillación de la familia”, dando a entender que por eso se suicidó.

Este caso es uno de miles que se reportan en los 18 departamentos del país, pero en los últimos 10 años (desde 2013 hasta octubre de 2022) 2 de casa 10 muertes han ocurrido en Francisco Morazán. Cortés es el segundo punto geográfico con las cifras más preocupantes de suicidios, una epidemia que golpea de forma silenciosa, sin que las autoridades presten atención.

Según cifras oficiales, 4 de cada 10 víctimas tenían entre 18 y 30 años, es decir, eran jóvenes, como el caso de la muchacha en Choloma.

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