Elecciones en Honduras

Partido Nacional llega con desgaste tras una década en el poder y escándalos de corrupción

Ni Nasry 'Tito' Asfura ni Mauricio Oliva han mostrado un arrastre popular que los decante como favoritos en el Partido Nacional. Dependerá mucho de la capacidad de movilizar a sus adeptos

11.03.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Con un desgaste muy marcado- tras una década en el poder- y con una imagen muy deteriorada por la corrupción, la impunidad y el mal manejo de la pandemia del covid-19, el Partido Nacional concurre a elecciones primarias este 14 de marzo, llevando dos corrientes cuyos precandidatos se disputan la sucesión del liderazgo de Juan Orlando Hernández Alvarado.

No poder consolidar una candidatura única para las elecciones generales obligó al nacionalismo a ir nuevamente a las urnas. Aunque se trata de elecciones primarias, según los analistas, la factura que esta entidad política tiene que pagar públicamente es alta.

Sus tres últimas administraciones no son una carta de transparencia y de eficiencia administrativa que facilite a los precandidatos montar una campaña para captar aquel sector poblacional afín, pero que no forma parte del conglomerado del voto duro y seguro.

A criterio de los estudiosos de la política, los precandidatos nacionalistas arrastran los desmanes de la corrupción, el fomento de la impunidad, la vinculación de sus máximos representantes con el narcotráfico, la oposición a la transparencia y a la segunda vuelta electoral, y para rematar últimamente deben lidiar con la deficiente administración de la crisis sanitaria generada por el covid-19.

Actualmente, en medio de tantos cuestionamientos y de todo el ajetreo de la propaganda electoral, una de las grandes preguntas que se hace la población es ¿quién se convertirá en el sucesor de Juan Orlando Hernández? Por el momento nada está claro.

Por un lado, el movimiento “Unidad y Esperanza” liderado por Nasry 'Tito' Asfura, funcionario nacionalista que mejor trabajo ha realizado al frente de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) muestra una gran fortaleza en el sector urbano.

No así en el área rural, donde el diputado presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, con su corriente “Juntos Podemos”, aparentemente acapara la popularidad.

“Lo que sí hay que tener claro, sobretodo, es que las elecciones se ganan en lo urbano, que es donde se concentra el mayor porcentaje de electores”, dijo el sociólogo y analista Rolando Sierra.

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En cuanto a ¿cómo las estructuras juanorlandistas se han distribuido en las facciones política internas nacionalistas?, el sociólogo sostuvo que se han incrustado en ambos movimientos, porque se pueden ver figuras muy cercanas al presidente Juan Orlando tanto en el movimiento de Asfura como en el de Oliva.

Sin embargo, el abogado y analista Raúl Pineda fue más tajante al decir que la estructura de Juan Orlando Hernández “se ha inclinado, hacia Juan Orlando. Él ha sido un poco confiado frente a la situación del presidente del Congreso y del alcalde municipal”.

El movimiento que aparentemente es expresión de la voluntad del presidente Hernández “surge originalmente para apoyarlo a él en un proyecto que no se consolidó, como el reeleccionismo y eso nos hace pensar que el candidato de don Juan Orlando es precisamente don Juan Orlando”, dijo Pineda Alvarado.

Este profesional del derecho añadió: “los demás son simplemente personajes que él ve como subordinados, como subsidiarios, como actores de segundo nivel a los cuales pretende subutilizar, no sé si con buen resultado o no”.

Pineda Alvarado ve el riesgo de que “tratándose de un Hernández que está aferrándose al poder de manera desesperada pudiera pasar cualquier cosa en función de un proyecto de deslegitimar tanto las elecciones primarias o internas'.

'Sin embargo, lo normal, lo correcto es que después del 14 de marzo, el poder o la influencia del presidente disminuya drásticamente ante la expectativa de un sustituto”, valoró el analista.

Lo tradicional es que el presidente pierda el 40% de su influencia cuando hay un nuevo candidato en el partido.

Al presidente le va a suceder lo que le pasa a los medicamentos, que con el transcurso del tiempo les llega su fecha de vencimiento y el tendrá que irse acomodando a nuevos escenarios y a una problemática diferente, en la medida que la masa empiece a ver en el nuevo candidato o sucesor, una expectativa más grande, opinó.

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Señalamientos

En estas elecciones primarias, por un lado, los líderes de los movimientos no solo tienen en su contra los señalamientos por sus propias actuaciones, sino que también cargan con el deterioro de la imagen del Partido Nacional, debilitada por su relación con el entorno, la corrupción, la impunidad y el narcotráfico.

Por otro lado, la imagen de los dos candidatos, señala Pineda Alvarado, se deteriora en la medida de su cercanía con el presidente o se vuelven expresión de su voluntad. Incluso eso ha generado un deterioro muy grande de la imagen del señor Asfura.

“Pero la imagen no va a ser importante en esta elección, en esta elección la gente va a votar por el afán de sobrevivir en el orden doméstico, en el orden económico y va a votar en contra del gobierno que representa don Juan Orlando”, aseguró.

Esas son las nuevas variables del proceso electoral donde los créditos profesionales o las cuestiones morales pasan a segundo plano frente a un voto que va a ser eminentemente emocional, no un voto reflexivo.

La sociedad ha cambiado. En la última elección interna, el Partido Nacional sacó más votos nulos y blancos que todos los partidos que participaron en la elección general, lo que implica que mucha gente acudió a votar y lo hizo en blanco o anuló su voto.

Eran nacionalistas molestos, resentidos por las malas prácticas que se han dado al interior del partido.

Ahora “el candidato que rinda culto a la personalidad del presidente Hernández que se abrace con él, o se vea como una proyección o prolongación de su persona, ese político está listo y servido, no solamente al interior del partido donde hay una gran molestia, sino que frente a toda la sociedad hondureña', meditó Pineda Alvarado.

Igualmente recordó que a pesar de las reiteradas ofertas de apoyo por el presidente Hernández, ni le cumplió a Oliva y según parece por los acontecimientos generados en el Ministerio Público tampoco le está cumpliendo al señor Asfura.

Recientemente la Corte de Apelaciones con Competencia Nacional en Materia de Corrupción resolvió una solicitud a favor de la Unidad Fiscal Especial contra Redes de Corrupción (Uferco) para someter a un antejuicio al alcalde Asfura, tras ser acusado del desvío de más de 29.4 millones de lempiras.

Entre tanto, sobre Oliva pesan los señalamientos que le hizo la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad (Maccih) de que era investigado por delitos de corrupción, indagaciones que él detuvo con el apoyo de la Corte Suprema de Justicia.

Por otro lado, en su gestión legislativa se aprobó y se puso en vigencia un nuevo Código Penal que redujo las penas a los delitos de corrupción y lavado de activos permitiendo que varios de los acusados por hechos de esa naturaleza salieran de la cárcel para defenderse en libertad.

De igual manera, dentro de las corrientes que lideran Oliva y Asfura también hay precandidatos a diputados y alcaldes que se quieren reelegir a pesar de haber sido enjuiciados por corrupción por la Ufecic-Maccih y otros señalados por el Consejo Nacional Anticorrupción del saqueo a instituciones como Infop, la Sag y el IHSS.

Incluso, uno de los enrolados fue mencionado en el escándalo del gasolinazo allá por 2004, además hay exfutbolistas que han pasado sin pena ni gloria por el hemiciclo legislativo.

El sociólogo Rolando Sierra tampoco ve que los precandidatos presidenciales tengan un mensaje arrollador, por el contrario, se ven debilitados por todo el entorno. Incluso hay dudas sobre la transparencia en el conteo de los sufragios a tal extremo que Asfura ha llamado a sus seguidores a cuidar el voto hasta el último momento.

Como están las cosas en el Partido Nacional, se corre el riego de que los nacionalistas se abstengan de participar en las próximas elecciones internas, incluso en las generales, según los expertos como Sierra.

“De acuerdo a los estudios de opinión, y las encuestas, si bien el Partido Nacional pareciera ser hoy un partido que mantiene un voto duro- cerca del 30 por ciento del electorado- no obstante, manifiesta un enorme desgaste”, expresó Sierra.