Dinero & Negocios

Ley de secretos frena transparencia en Honduras

Voluntad política, vital en la lucha por la transparencia, dice el Icefi

05.07.2016

Tegucigalpa, Honduras

Como firmante del acuerdo de “gobierno abierto”, el país es evaluado cada año. El Instituto Centroamericanmo de Estudios Fiscales (Icefi) informó que Honduras cumplió con el primer plan de acción 2012-2013 al lograr 14 de los 16 puntos. Pero cayó 11 puntos (posición global 54 a 43) en el segundo plan acción.

Los nuevos factores que afectan esta baja, es la aprobación de la denominada “ley de secretividad”, que restringe el acceso a información en casos de “seguridad nacional” y la falta de consignación presupuestaria de los fideicomisos públicos que representan casi el 2% del PIB.

Son políticas contradictorias. Por un lado se abre y se une a iniciativas que promueven la transparencia, como las del Gobierno Abierto, y por otro, promueven y aprueban leyes que son barreras legales a la transparencia. 'Es un contrasentido', dijo a D&N Carlos Melgar, economista investigador del Icefi.

Voluntad política
Es lo que hace falta en los paises para hacer ir rompiendo las barreras de la ciudadanía frente al control de los recursos públicos. 'Si no hay voluntad política no se avanzará en los temas de transparencia y se mantendrán reportes donde los países formalmente están en las iniciartivas de transparencia pero no tienen ningún cambio significativo', advirtió Melgar.

Recordó que la transparencia en el manejo de los fondos públicos es vital para marcar la ruta que lleve a los gobiernos a garantizar el buen uso de sus recursos.

Para el Icefi una transparencia fiscal legítima es aquella que cuenta con mecanismos que estimulan y facilitan la participación de la ciudadanía en los asuntos relacionados con la gestión pública, especialmente los que influyen en la calidad de vida de las personas.

En ese sentido, recomendó al gobierno elaborar una agenda de transparencia concreta e integral para el Estado hondureño, a partir de un estrecho diálogo con la ciudadanía, del que surja un calendario ambicioso con metas y acciones a las que la sociedad pueda hacer su evaluación y seguimiento.