Tegucigalpa. Tuvieron que pasar cuatro años para que Motagua volviera a figurar en el fútbol internacional. Esta noche, los Azules retornan a la Champions de la C oncacaf para empezar un nuevo capítulo, uno que termine con gloria. Para el América, Motagua representa el primer escollo de un torneo en el que vienen de salir campeones, para los Azules este es el juego que vienen palpitando desde hace un mes.
El Mimado de la Afición visita el Estadio Azteca, un coloso que le pone la piel de gallina a cualquiera y enfrenta a un rival que a pesar que ande mal, está en su casa.
A las 8:00 de la noche, el árbitro arrancará el clásico de emplumados, un duelo de polos opuestos tomando en cuenta el poder económico de cada institución.
En el nido azulcrema
América viene de una seguidilla de partidos importantes. Se pasó la pretemporada fogueándose con equipos de gran nivel y perder sus dos juegos de inicio de la liga lo alejaron de su afición. Es algo que no se perdona en un club como el América. Un resultado negativo esta noche podría marcar la salida tempranera del técnico Nacho Ambriz.
“Yo le pido a la afición que me tengan paciencia si quieren empezar a ver a un equipo ganador. Estamos pensando en reponernos en la Champions de Concacaf y retomar el rumbo”, dijo Nacho Ambriz, quien saldrá jugando en el ataque con los peligrosos Benedetto y Oribe Peralta.
Fueron solamente tres días los que tuvieron las Águilas para preparar este compromiso. En la práctica de ayer, el trabajo estuvo enfocado a ejercicios con balón, así como táctica fija aunque también se realizaron trabajos físicos bajo el mando del preparador físico Luis Ernesto Betolaza.
También se realizó táctica fija, además el DT tuvo la oportunidad de comandar un interescuadras en el que definió el once titular que utilizará en contra del equipo hondureño.
Los lesionados Pablo Aguilar y Miguel Zamudio se incorporaron al entrenamiento realizado por las Águilas, sin embargo, no están al cien para el encuentro frente al Azul.
El Ciclón se aclimató
A las 5:00 PM, el Ciclón aterrizó ayer en el territorio mexicano. El plantel se acomodó en su hotel y dos horas más tarde reconoció el Estadio Azteca.
Un entrenamiento suave nada más para palpar la esponjosa cancha del Gigante, fue suficiente para que el Mimado se diera cuenta de que jugará en un coloso de primer nivel, en una cancha mágica donde se han escrito cuentos de fútbol.
No solo el plantel vive el choque con intensidad, Diego Vazquez también siente un poco de nervios previo al juego. “Ellos saben que es el partido de sus vidas, un encuentro lindo para disfrutar en una cancha donde Maradona se coronó campeón del mundo”, dijo La Barbie, quien asegura intentar hacerle daño al gigante azulcrema.
“Venimos bastante bien, con el desafío que vamos a enfrentar, con las expectativas de tener nuestro primer partido oficial. Sabemos el potencial que tiene América, el actual campeón, independientemente que no empezó bien el torneo local”.
Vazquez dice que la altura de la Ciudad de México es un mito y que no será impedimento para que puedan hacer un buen fútbol. “Tampoco es tan alto el DF como La Paz para que influya tanto. Yo creo que es más el mito que la realidad y esperamos apelar a eso para ser competitivos ante un gigante”. Reveló que su estrategia será “el roce físico y buscar llegar al balón”, y reconoció que “los niveles de Centroamérica y México no son parejos, la fortaleza nuestra es que el equipo tiene bastante tiempo junto”.
