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'Después del clásico íbamos a tomar juntos”

El exarquero del Albo revela que se iban a casas de citas con los amigos azules.

Motagua
02.02.2012

Belarmino Rivera es toda una institución en Olimpia y sabe lo que representan los clásicos porque los vivió en carne propia; el exarquero de los Albos dice que 'viví derbis buenos, malos, regulares y ‘requetebuenos’ en los setenta y ochenta'.

De repente se enciende la máquina de los recuerdos del ahora burócrata y comienzan a fluir los partidos añejos entre Olimpia y Motagua que se jugaban en un Nacional a reventar.

'Recuerdo un clásico doloroso en los noventa, cuando Olimpia estaba sobre Motagua y, de repente, nos expulsan a Daniel Zapata y en eso se desgarra Eduardo Bennett; Motagua aprovechó y se fue con todo, hasta que surgió un tiro de esquina y Patrocinio Sierra se levantó tanto que le ganó al salto a Gilberto Yearwood y al Pollo Galindo y anotó el gol del triunfo. Ahí perdimos el partido y yo solo me quedé frío viendo cómo entraba la pelota'.

Cuentos de ultratumba

Entre las leyendas motagüenses se cuenta que la Pólvora Bernárdez le anotó un gol a Belarmino que, de tanta fuerza que llevaba, le rompió las redes a la portería. Pero el Nino dice que eso es falso.

'No, no, no, eso es una mentira. Fue en un amistoso de pretemporada, recuerdo que el Primitivo Maradiaga se la dio al Pichini Bernárdez, quien remató cruzado y me anotó el gol, pero no se rompió ninguna red... ja, ja, ja'.

Rivera sigue rememorando y se le viene a la mente otro clásico más.

'En 1977 íbamos a jugar ante Motagua a las 3:00 de la tarde, pero se suspendió el juego por una gran tormenta y la gente tuvo que esperar en el estadio porque lo pasaron para las 6:00 PM. Esa vez ganó Motagua 3-1 con goles de Carreño y Toño Obando, ellos me hicieron los mejores goles'.

Eran otros tiempos...

Remontándose a los años setenta, cuando no existía rivalidad fuera de la cancha entre Blancos y Azules, todos departían y eran amigos.

Rivera lo cuenta así: 'Nosotros nos llevábamos bien con los jugadores de Motagua y después de los partidos íbamos a refrescarnos el hígado a un lugar que se llamaba Los Pacos, cerca de la farmacia Regis. Llevábamos algunas amigas y tomábamos cerveza, pero todo tranquilo, hablando del clásico. A veces íbamos a casas de citas y otros lugares que no puedo decir, porque si no mi doña...'.

Por último, antes de referirse a la actualidad del juego más morboso del país, Belarmino habla de su gran relación de amistad con el Primitivo Maradiaga, uno de los íconos azules. 'Yo molestaba a Primi y le preguntaba que cuándo me iba a golear. él solo se reía. Una vez me anotó en un clásico, pero fue por accidente, el balón le pegó en la pantorrilla'.

Sobre el derbi del fin de semana, Nino dice que 'no hay favoritos. Muchas veces uno anda mal y gana'.