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Albañil y carpintero: portero de la Selección de Honduras revela lo que hacía en su adolescencia

Rafa Zúniga confiesa que se aburre viendo fútbol en la televisión y recuerda cuando iba como aficionado a apoyar a Motagua a las graderías

02.06.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Fue gran seguidor de Motagua, estuvo en las inferiores de Olimpia, debutó con la camisa de Real España y luego jugó en el archirrival de la Máquina: Marathón. Particular carrera para el hoy portero titular de Platense y tercer cancerbero de la Selección de Fabián Coito, Rafa Zúniga.

“Imaginate, yo siendo gran aficionado de Motagua y me estrené en un juego ante Motagua, fue un debut especial ante un equipo al que apoyaba mucho y aún le sigo teniendo cariño”, confiesa el espigado cancerbero, que ya está listo para cuando den luz ver para iniciar el Apertura.

Después de varias semanas de terapia y muchos trabajos de portería en el solar de su casa, en Puerto Cortés, el cuidamallas de 30 años ha dejado atrás la luxación de hombro.

“Ya estoy al cien, me estoy tirando como un loco”, apunta el capitalino, a quien el fútbol le ha dejado muchas alegrías, pero también algunas tristezas...

Rafa, un placer. Háblenos de ese gusto por la portería, ¿de dónde nace?

Estuve en la FBO de Olimpia y a los 11 años, en categoría premosco, jugué de delantero y en todos los puestos. Jugué medio torneo de central, pero en un partido me puse en la portería y allí me quedé porque me gustó. De delantero era bueno por arriba, pero por bajo nada que ver, ja, ja, solo era correr. Ahora disfruto en ese puesto de portero.

Y se trata de una posición ingrata, ¿verdad, Rafa?

Es complicada. Yo creo que es rara la persona que le gusta ser portero. En 90 minutos puedes ser el mejor del partido, pero en el 91, si cometiste un error, eres el villano. Para ser arquero uno tiene que estar fuerte mentalmente porque es uno de los puestos más criticados.

Cuando empezaba a ser portero, ¿quién era su espejo?

Te voy a ser honesto, eso de estar viendo fútbol tan seguido nunca me ha gustado. No tenía ningún espejo, pero ahora sí. El portero que he admirado desde que empecé a ver deporte es Buffon, es el mejor. También me siento orgulloso de que tengamos un centroamericano como Keylor.

Es raro que no le guste ver fútbol en la televisión, ¡eh!

Soy honesto, no soy mucho de estar viendo fútbol. Ver un partido completo a mí no me gusta, no tengo paciencia para estar 90 minutos pegado al televisor. Lo que paso viendo son las repeticiones de mis partidos para mirar mis errores o los juegos del rival contra el que jugamos.

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¿Y de chico le tocó trabajar para llevar comida a la casa?

Sí. Cuando salía de vacaciones del colegio, me tocó trabajar de ayudante de albañil y de ayudante de carpintero. De cipote, mi abuela hacía dulces de leche y yo vendía con mis hermanas, no tenía pena. El que más vendía era yo; más bien le ayudaba a mis hermanas a vender sus dulces; en una hora me vendía 150 o 200. Mi abuelo nos ponía un precio de siete lempiras y yo los vendía a nueve o 10.

Tengo entendido que era aficionado de Motagua, ¿cierto?

Claro, siempre iba a los partidos. Nos reuníamos todos los de la colonia (Iberia, Comayagüela) para ir a ver los partidos y de los 25 con los que me llevaba, 23 eran Olimpia y solo como dos o tres pelones nos íbamos al lado de Motagua.

¿Recuerda algún partido en especial del Ciclón?

Cuando el Olimpia se trajo a Motagua a jugar la final al Olímpico (2006), que ganó Motagua. Estaba cipote y me monté al bus de mis amigos y me vine a apoyar a Motagua; fue el día del “Mumazo”. Yo no me perdía ningún partido de Motagua en cualquier lugar, si jugaba en Choluteca, allá me movía. Un amigo motagüense tenía un busito y me lo montaba para ir a ver los partidos.

Se fue a los 17 años a SPS...

Yo no quería salir de la capital, estaba interesado en mis estudios y ya me estaba acostumbrando a andar jugando en ligas burocráticas en todos los campos: Motagua, Iberia, Flor del Campo, La Joya... El profe Mauro y Luis Green hablaron con mi madre para que fuera a una prueba con el España de segunda. Mi madre fue la que me obligó a salir de allí para que no me perdiera en ese mundo de andar “barrileando”.

¿Cuáles han sido los golpes más duros en su carrera?

En lo futbolístico el golpe más fuerte que viví fue en Real España. Llegué, peleé, luché por jugar, se iba un portero y venía otro... Pensé que era mi oportunidad, ficharon a Elmer Canales y cuando se fue dije: “Este tiene que ser mi torneo”. Estábamos Kevin Hernández, Buba y yo, y Hernán Medford se decidió por Buba.

Y le tocó llorar esa vez...

Me acuerdo que era un colectivo de un jueves y el profe Carlos Orlando Caballero me dijo: “Andate para el otro marco, porque Medford se la va a jugar con Buba”. No hallaba qué pensar, cuando iba caminando para la portería se me iban saliendo lágrimas de enojo y frustración. Cuando salimos del entrenamiento, mis compañeros solo me decían: “Dale, papá... ya vas a ver que las cosas se te van a dar, si no es aquí, será en otro lado”. Se me acercaron Palomo, Peña y Bryan Acosta. Lo que me motivó a salir adelante fue ver a mi hijo cuando llegué a la casa.

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Se sentía devastado...

Sí y cuando vi a mi hijo, dije: “No puede ser, por qué voy a estar llorando, tengo un nene y a mi esposa”. Ella se sentó conmigo y me levantó las ganas, me dijo: “Tenés que seguir luchando, trabajá por tu sueño, no te des por vencido, recordá que sos un guerrero”. Pensé tirar la toalla, al día siguiente no quería ir al entrenamiento y mi esposa me decía: “Andá, no bajés los brazos”. Mi mamá igual me decía que luchara por mis sueños que había perseguido desde los 11 años. Ahora estoy acá porque nunca me decaí ni bajé los brazos.

Bueno, hoy es titular con Platense y ha tenido muchas vivencias... ¿Qué anécdotas en un campo jamás olvida?

Una vez íbamos a jugar contra el España en Puerto Cortés y en el marco había una cruz, y una aficionada de Platense me dijo: “En este marco no va a haber gol en contra de vos”... ganamos 4-0 ja, ja, ja. También, cuando vamos a jugar al Yankel contra Marathón, siempre hay un aficionado, de quien esa cara nunca voy a olvidar, que no sé qué tiene contra mí, saca a bailar a mi mamá y todo. Al principio me calentaba, pero ahora solo me río.

Finalmente, ¿cuáles son los sueños pendientes?

Mi sueño siempre ha sido salir al extranjero y estar en la Selección Nacional. Lo de la H ya lo cumplí llegando y ahora tengo que permanecer en todo el proceso. Ojalá pueda debutar y jugar partidos en la Bicolor. Tengo que luchar por mis sueños, nunca es tarde, el tiempo de Dios es perfecto.

Otras preguntas cortitas y al pie

¿Quiénes son los técnicos que lo marcaron?

Tres. “Para mí el mejor como persona y profesional es Carlón, el otro que tiene mi respeto Mario Zanabria, y Hernán Medford”.

¿Cuál fue el peor partido durante su carrera?

Marathón. “Fue contra Juticalpa cuando yo estaba en Marathón. Fue una decepción, hasta me daba pena salir a la calle”.

¿En qué liga del exterior le gustaría jugar?

Centroamérica. “El sueño sería la inglesa, la española y la mexicana, pero me gustaría jugar en Costa Rica, es muy buena liga”.

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¿Qué le gustaría ser después de retirarse?

Estratega. “Algún día voy a llegar a ser técnico porque antes de retirarme tengo pensado estudiar para ser entrenador”.

¿Los mejores porteros de la liga y del mundo?

Top. “En la Liga Nacional Buba, Harold Fonseca y Jonathan Rougier; a nivel internacional Gianluigi Buffon y Keylor Navas”.

¿Para usted cuál es el top 3 de sus atajadas?

Reflejos. “Una a Moreira, le quedó rebotando y la tapé con el pecho, una chilena a Juan Ramón y un remate cruzado de Eddie”.

¿Quién es el portero del que más aprendió?

Uruguayo. “Marcelo Macías, me miraba un error y me decía: ‘Vení, te hace falta esto’. Se ponía a trabajar aparte conmigo”.

¿Qué opinión tiene acerca del coronavirus?

Creyente. “Yo pienso que estas son pruebas que Dios pone, creo que todo lo que está pasando está escrito en La Biblia”.

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