¿Qué había pasado en aquel hangar? ¿Por qué la seguridad del ministro reaccionó de aquella forma? ¿Qué era lo que lo amenazaba? ¿Por qué el ministro llamó personalmente a Gonzalo Sánchez?
Mire, Lic... -dijo, al final de la pausa-; aquí en el ‘tavo’ estamos los que hemos cometido un delito; y nadie que cometa un delito puede decir que fue por error, por casualidad o por equivocación...”.