Comayagua, Honduras.- La presidenta Xiomara Castro inauguró en Comayagua la Planta de Procesamiento de Hortalizas, Cárnicos y Lácteos, un proyecto que combina educación, tecnología y desarrollo productivo. El complejo forma parte del Sistema de Centros de Innovación Tecnológica y Agrícola (SCITA) de la Secretaría de Educación, donde actualmente se capacitan 325 jóvenes becados, de los cuales 103 pertenecen a 9 pueblos originarios.
Durante los actos de inauguración, la mandataria hondureña expresó: “Ustedes no son el futuro, ustedes son el presente en la refundación”.
Capacidad productiva
El centro cuenta con tres plantas especializadas:
• Lácteos: tanque de enfriamiento de 1,000 litros con capacidad para envasar 2,000 botellas de medio litro de leche fresca al día.
• Cárnicos: procesa hasta 300 libras de carne diarias, generando embutidos, cortes al vacío, carnes marinadas y deshidratadas.
• Hortalizas: capacidad instalada de 5,000 libras, transformadas en jugos, mermeladas, salsas, concentrados, consomés y frutas deshidratadas.
Estas plantas no solo potencian la formación práctica de los estudiantes, sino que también constituyen un modelo de producción agroindustrial sostenible para la región.
Formación técnica
Sabrina Coello, directora ejecutiva SCITA explicó, “Cada estudiante visita las plantas tres veces por semana durante un mes, aprendiendo el manejo de maquinaria industrial, el uso de manuales de procedimiento y normas de seguridad”.
Cabe señalar que, los módulos de procesamiento de lácteos y cárnicos corresponden a duodécimo grado, mientras que el de hortalizas y frutas a undécimo de bachillerato Técnico Profesional. Al final, los jóvenes realizan exámenes prácticos para medir sus competencias.
Este enfoque pedagógico conecta teoría y práctica, preparando profesionales que no solo dominan técnicas de producción, sino que también están listos para crear valor agregado a los productos del campo hondureño.
Consumo y comercialización
En una primera etapa, los productos se destinan al consumo interno de los estudiantes y colaboradores. Los fondos recaudados apoyan proyectos de emprendimiento estudiantil, además de participar en agroferias con exposiciones y ventas.
La segunda fase contempla la comercialización en supermercados, mercaditos y puntos de venta locales, así como en una sala de ventas ubicada en el acceso principal del centro.
El impacto del proyecto trasciende la formación académica. Gracias a gestiones con la Red Solidaria, ya se aseguraron 40 plazas laborales para egresados de la primera promoción SCITA 2024. Además, 8 estudiantes con excelencia académica obtuvieron becas completas en la Escuela Agrícola Panamericana Zamorano, abriendo un camino de alto nivel profesional.
El secretario de Educación, Daniel Esponda, afirmó que este es un hito histórico, es la intervención más grande que se ha hecho en nuestras escuelas agrícolas. “Esto que está ocurriendo en Comayagua, se está desarrollando en las otras seis escuelas agrícolas, con una inversión que ronda los 700 millones de lempiras”, explicó el funcionario.
Inclusión étnica
Los 103 jóvenes de grupos étnicos fueron seleccionados considerando condiciones socioeconómicas, acceso limitado a bachillerato y pruebas de admisión que valoraron su vocación agrícola.
Con ello, se garantiza una educación inclusiva y transformadora, que abre oportunidades a sectores históricamente marginados.
Impacto económico y social
El SCITA busca que los egresados generen un efecto multiplicador al volver a sus comunidades: mejorar prácticas productivas, elevar el valor de las cosechas y crear empresas agrícolas que generen empleo local. La visión es formar líderes capaces de transformar el campo hondureño y consolidar cadenas de valor más competitivas.
El proyecto explora alianzas con empresas privadas y cooperativas agrícolas para maquilar materias primas, formular productos y brindar servicios de valor agregado. La sostenibilidad dependerá de la asignación presupuestaria estatal y de la consolidación de la marca SCITA como referente en la industria agroalimentaria.
Entre sus metas a futuro está la instalación de un laboratorio especializado en análisis de alimentos, que permita realizar estudios de contenido nutricional, microbiológicos y de vida útil de los productos.