Tegucigalpa, Honduras-. El recorrido de Dieck & Dieck inicia con una abarrotería fundada en Villanueva, Cortés en 1954, como una apuesta familiar por servir a su comunidad. En 1960, el sueño creció con la instalación de su primer molino de arroz. Fue en 1974 cuando la empresa se constituyó formalmente en el rubro agroindustrial, marcando el inicio de una historia de crecimiento que no se ha detenido desde entonces.
“Estos 50 años representan mucho más que longevidad empresarial. Son la muestra de cómo la visión, el trabajo familiar y el compromiso con el país pueden transformarse en una empresa moderna, robusta y con impacto real. Es un honor llegar hasta aquí y, sobre todo, una gran responsabilidad hacia el futuro”, expresa con orgullo Kamal Dieck, director comercial de Dieck & Dieck.
Presencia nacional y compromiso con Honduras
Dieck & Dieck ha logrado consolidarse como una de las principales agroindustrias del país y una de las más importantes fuentes de productos alimenticios. Su operación actual genera cerca de 500 empleos directos y miles de empleos indirectos en todo el territorio nacional, con una fuerte presencia en supermercados, pulperías, panaderías, tortillerías, hoteles y cadenas de restaurantes.
“Creemos profundamente en la capacidad de nuestra gente. A lo largo del tiempo, hemos apostado por profesionalizar a nuestro equipo, por capacitarlos, acompañarlos y crecer junto a ellos. Cada colaborador, cada socio comercial, es parte fundamental de este legado”, comenta Kamal.
Hoy sus productos llegan a todos los rincones de Honduras, formando parte del día a día de miles de hogares. Esa cercanía con la gente ha sido clave en la consolidación de sus marcas líderes como Mr. Dieck, Manhattan y Bambi, que han logrado un lugar privilegiado tanto en el canal tradicional como en el canal moderno.
Producción a gran escala con visión sostenible
La operación industrial de Dieck & Dieck es amplia y diversificada. Cuenta con cinco plantas industriales, tres de ellas dedicadas al procesamiento de arroz, con una capacidad total de producción cercana a los 200 millones de libras anuales. Además, opera una moderna planta de harinas de trigo considerada la más avanzada de la región centroamericana, que tiene una capacidad máxima para procesar 95 millones de libras al año. Su planta de agua purificada tiene una capacidad máxima de más de 700,000 botellones, y su planta de vasos plásticos tiene una capacidad máxima de producción de 15 millones de vasos al mes.
Esta capacidad de producción va de la mano con una fuerte apuesta por la sostenibilidad. La empresa ha incorporado paneles solares que cubren el 20% de su consumo energético, una caldera de vapor a base de biomasa y sistemas de recirculación de agua que optimizan el uso de recursos naturales.
“La sostenibilidad ya no es una opción, es una responsabilidad que asumimos con seriedad y visión a largo plazo. Hoy más que nunca, sabemos que no podemos hablar de desarrollo sin hablar de impacto ambiental positivo”, enfatiza Kamal.
Tecnología, innovación y expansión regional
La automatización y la incorporación de maquinaria de última generación han sido claves en la evolución de Dieck & Dieck. Esto no solo ha mejorado su eficiencia operativa, sino que también les ha permitido obtener certificaciones internacionales de calidad como la FSSC 22000, esenciales para competir en mercados exigentes.
La innovación también se refleja en su visión de producto. Actualmente, trabajan en el desarrollo de nuevas líneas funcionales, como harinas fortificadas y preparadas, arroz con valor agregado y envases biodegradables. Paralelamente, avanzan en la expansión regional con exportaciones ya activas hacia Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y con planes de seguir expandiéndose a otros países de la región.
“Queremos convertirnos en un grupo agroindustrial regional, con raíces hondureñas y proyección internacional. Nuestro sueño es que más allá de nuestras fronteras también reconozcan lo que Honduras puede producir con calidad, eficiencia y compromiso humano”, afirma Kamal.
Un legado para las nuevas generaciones
El crecimiento de Dieck & Dieck ha sido posible gracias a decisiones estratégicas como el fortalecimiento de sus marcas, la diversificación de sus líneas de producción, la inversión en tecnología y, sobre todo, en su gente. Y más allá de su éxito empresarial, su mayor legado es su identidad.
“Somos una empresa familiar y eso es algo que jamás vamos a perder. Nuestro mayor valor es esa mezcla entre tradición y modernidad, entre principios sólidos y capacidad de adaptación. Eso es lo que queremos heredar a las nuevas generaciones: una empresa que crece sin perder el rumbo ni su esencia”, concluye Kamal Dieck.
En cada grano de arroz, en cada libra de harina, en cada botellón de agua que sale de sus plantas, Dieck & Dieck lleva consigo una historia de familia, esfuerzo y amor por Honduras. Cincuenta años después, el corazón que dio vida a esta empresa sigue latiendo con fuerza, guiado por los mismos valores que la vieron nacer: honestidad, trabajo constante y compromiso con su gente. Porque más que producir alimentos, Dieck & Dieck alimenta sueños, construye futuro y deja una huella que trasciende generaciones.