Ni 24 horas habían transcurrido desde que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) hacía una nueva advertencia sobre las condiciones en los centros penales
del país, cuando la sombra de la violencia volvía a rondar los pasillos de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto.
Una revuelta entre miembros de la Mara 18 y los denominados “paisas”, que son los reos que no pertenecen a ninguna pandilla, que incluyo disparos, uso de fusiles AK-47 y hasta la detonación de una granada de alto poder, dejó como resultado tres personas muertas y seis heridos.
Santos Simeón Flores, director de Centros Penales, informó que las víctimas mortales, todos integrantes de la Mara 18, son Héctor Armando Orellana, Orlando Antonio Ramírez López y Saúl Ricardo Medina, alias “Yonker”.
Mientras que entre los heridos, también integrantes de la misma pandilla, fueron identificados Dey Onán Turcios, Wilmer Gerardo Díaz Valle, Orlis Solórzano Rodríguez, Nahúm Montes alias “Tacoma”, Daniel Hernández y Juan Carlos Cruz Valle.
Sin embargo, en el libro de registro de la Dirección de Medicina Forense del Ministerio Público se identificó a dos de las víctimas, quienes en vida supuestamente respondían a los nombres de Héctor Armando Rodríguez Orellana y Jonson Keneth Herrera, y otra persona que fue ingresada en calidad de desconocida debido a que no portaba documentos personales. Hasta la tarde de ayer no había sido reconocida por los familiares.
El trágico incidente ocurrió a eso de las seis y media de la mañana de ayer.
El enfrentamiento fue entre los mismos internos, sin que las máximas autoridades de centros penales hayan dado a conocer las causas que originaron el cruce de fuego entre los dos grupos.
Los paisas se encuentran en el módulo conocido como “Casa Blanca”, mientras los miembros de la Mara 18 están en la celda “Escorpión”.
Origen del enfrentamiento
De acuerdo a averiguaciones realizadas por EL HERALDO, el enfrentamiento se originó porque uno de los internos en “Casa Blanca”, que estaba armado, le apuntaba a otro interno en la celda “Escorpión”.
Esa acción provocó la reacción de los integrantes de la mara 18, quienes también tenían en su poder armas de grueso calibre, entre ellas ametralladoras AK-47, y empezó a disparar en contra de los paisas.
Para repeler la lluvia de balas, los paisas lanzaron una granada de alto poder a la celda de la mara 18, misma que explotó al instante.
Se informó de manera preliminar que el cruce de disparos entre ambos grupos de internos duró alrededor de diez minutos, lo que provocó pánico entre los demás internos y personal de seguridad asignado para vigilar la Penitenciaría Nacional ubicada en el valle de Támara.
Casi de inmediato, el personal del reclusorio pidió ayuda al Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja que ayudaran a trasladar a los heridos a los centros asistenciales.
Sin embargo, fue patrullas de la misma Policía Nacional que trasladaron a los heridos al hospital Escuela, donde fallecieron los tres privados de libertad.
Flores explicó que dos de los presos fallecieron antes de ingresar a la sala de emergencias y el otro cuando era atendido por los médicos debido a que presentaba varias heridas que eran de gravedad, por lo que no logró sobrevivir.
Ante la tensa situación que imperaba en el interior de la PN, las mismas autoridades del penal solicitaron ayuda a la Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
Pasadas las ocho de la mañana empezaron a llegar al principal centro de reclusión del país contingentes de policías y militares.
Además de eso llegaron agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal asignados a la sección de Inspecciones Oculares, agentes del Comando de Operaciones Especiales, Antibombas y Policía Preventiva.
También hubo presencia de ambulancias y personal del Cuerpo de Bomberos y de la Cruz Roja Hondureña, quienes estuvieron prestos para atender cualquier emergencia que se presentara en el interior de la cárcel.
Tensión en el hospital
Mientras tanto, en las afueras del hospital Escuela también se vivieron minutos de tensión ya que se informó que miembros de la mara 18 pretendían rescatar a los heridos que habían sido ingresados a la sala de emergencias.
Debido a la versión, elementos militares y policiales fueron movilizados al centro asistencial para evitar algún tipo de enfrentamiento.
Se revisaron vehículos porque se mencionó que los mareros que habían planificado el rescate se conducían en dos carros color gris.
Suspenden visitas
Las medidas de seguridad en las afueras de la PN también fueron extremas, al grado que se suspendieron las visitas y no se permitió que personas ajenas se acercaran a las instalaciones.
Hasta los representantes de los medios de comunicación permanecieron a más de 300 metros de distancia de la entrada principal de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto.
El personal antibombas especializado realizó un minucioso registro en el módulo “Casa Blanca”.
Santos Simeón Flores explicó que en este lugar se encontraron once granadas de alto poder explosivo, de las cuales tres fueron detonadas tomando en cuenta las medidas de seguridad, ya que los internos les habían quitado los sistemas de seguridad a los tres artefactos.
Mientras que las ocho restantes granadas se encontraban con los sistemas de seguridad y no representaban ningún peligro ya que no podían explotar a pesar de ser manipuladas.
El director de centros penales se encargó de informar a los medios de comunicación y a las personas que intentaron visitar a los reclusos de lo que ocurría en el interior del penal.
“Todo está bajo control. No hay más situaciones que lamentar, solo se registran los seis heridos y los tres fallecidos”, explicaba Flores.
En su última comparecencia, que fue a eso de las tres de la tarde, comentó que al interior del recinto penitenciario se permitió el ingreso de los miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), Comité Nacional para la Prevención de la Tortura y otros Tratos, entre otros.
El funcionario explicó que se realizó una minuciosa inspección en tres módulos y que no se sabía lo que se iba a encontrar en el “Escorpión”, que es el asignado a los integrantes de la mara 18.
Por su parte José Augusto Ávila, coordinador de la Comisión de Transición de los Centros Penales, comentó que el hecho ocurrió a las 6:30 AM, cuando se enfrentaron los miembros de la mara 18 con los de la 13. “Se nos ha informado que hay una decena de heridos que fueron trasladados a un centro asistencial y todo se encuentra bajo control gracias a la intervención de la Policía y las Fuerzas Armadas”, dijo Ávila.
También se mencionó que habían tres guardias penitenciarios los que habían resultado heridos, pero esa versión fue desmentida por Santos Simeón Flores, quien fue enfático al decir que “no tengo ningún informe al respecto”.
Tregua
El 28 de mayo, la Pandilla Barrio 18 y la Mara Salvatrucha (MS13), pactaron un cese a la violencia entre ambos grupos, que incluía un alto a los actos delictivos en contra de la ciudadanía.
'Cero violencia (...) Ahora en adelante viene lo positivo', dijo uno de los representantes de la MS13. Mientras voceros de la Pandilla 18 sostuvieron que la 'tregua es ante Dios, ante nuestras autoridades y ante la sociedad'.
A pesar del pacto, los enfrentamientos entre ambos grupos se siguieron registrando en las principales ciudades de Honduras.
La tregua se efectuó bajo el auspicio de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell, quien visitó en diversas ocasiones el presidio para dialogar con los participantes.