Desde Roma las sandalias han caminado por muchos países del mundo.
Con hebilla gruesa o delgada; con mucho color o de un solo tono; con remaches o con un poco de perlas; con estampados llamativos o sencillos, en fin, los diseños de sandalias no tienen límites, permitiéndole así a las chicas tener una gama de opciones para combinar con el vestuario.
La sandalia es un tipo de calzado que existe desde la antigüedad, en el que quedan los dedos y otras partes del pie al descubierto. En España, México, Colombia y otros países hispanoamericanos les llaman “chanclas”. En Chile se le dice “chala” a la sandalia rústica. En Canarias se les dice “cholas”.
Otros tipos de sandalias son las “albarcas, abarcas o avarcas” (de origen balear, que consisten en una tira de piel sobre el empeine, y otra más fina que se puede poner bien sobre el empeine o sobre el talón) o los “huaraches”, de origen mexicano.
Entre algunos de los materiales que destacan en los diseños en sandalias están los tejidos de punto (croché, macramé, tunecino, dos agujas), telas y otros tejidos planos, cuero, materiales sintéticos (cintas), papel y derivados del cartón, trenzas de madera como la hoja de plátano u otros similares.
Para toda temporada
Las sandalias ya no son un calzado exclusivo del verano, ya que -según expertos de la moda- hoy en día son sinónimo de elegancia femenina, y se pueden lucir a lo largo de todo el año. La ventaja de este tipo de calzado es que le permite descansar sus pies.