Tegucigalpa, Honduras.- Un nuevo año escolar comienza. El ritmo relajado de las vacaciones gradualmente da paso al entorno estructurado de la rutina escolar. Muchos niños experimentan una mezcla de emoción y ansiedad, lo cual puede representar un desafío.
No obstante, con preparación y apoyo, usted como padre o madre puede ayudar a sus hijos a enfrentarlo con éxito. A continuación, sírvase tomar en cuenta recomendaciones prácticas para facilitar esta transición.
Establecer una rutina consistente
Reintroducir un horario regular antes de que inicien las clases puede potenciar la adaptación. La Dra. Tara Thomas, profesora asistente de psiquiatría del sueño en el Baylor College of Medicine, destaca la importancia de una rutina de sueño constante: “Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, por lo que un horario regular de sueño nos lleva a dormir mejor y a tener una vida más saludable”.
Ajustar gradualmente los horarios de dormir y despertar unas semanas antes ayuda a los niños a adaptarse al ritmo escolar. Comience desde ya con un horario similar al de la rutina escolar, con una hora temprana para ir a dormir y, poco a poco, despiértelos más temprano hasta que se acostumbren nuevamente a levantarse temprano.
Fomentar la comunicación abierta
Es fundamental animar a los niños a expresar sus sentimientos sobre el regreso a clases. Hacerles preguntas abiertas para entender sus preocupaciones y emociones ayuda a reducir su ansiedad, siempre que dichas preguntas se hagan en un tono proactivo y sin apremio. Sus hijos reflejarán su estado de ánimo.

Según la Asociación Americana de Psicología, hablar con los niños sobre sus temores y enseñarles que la incertidumbre es normal puede ser de gran ayuda. También lo es validar sus emociones y discutir posibles retos, pues eso les dará más confianza para enfrentarlos. Transmítales emoción y alegría por este nuevo año.
Visitar el entorno escolar
Es costumbre en la mayoría de las escuelas concertar una reunión de maestros con los padres de familia al inicio del nuevo año escolar. Así, los padres y docentes pueden conocerse mutuamente y discutir las normas y protocolos de la institución.
Aproveche esta reunión para familiarizarse con el entorno en que estarán sus hijos y, si le es permitido, lleve a sus niños a dicha reunión inicial; esto les reducirá la ansiedad previa al primer día de clases.
Si es posible, organice una visita al aula junto con el maestro guía. Este tipo de acercamiento hace que el ambiente sea más predecible y menos intimidante. Children’s Health sugiere que conocer la escuela antes de empezar ayuda a los niños a sentirse más cómodos y preparados para enfrentar el cambio.
Fomentar conexiones sociales
Ayudar a los niños a establecer relaciones con compañeros puede aumentar su confianza. Por ejemplo, organizar encuentros con amigos o participar en actividades grupales (deportivas o lúdicas) les permite sentirse más integrados.

Hacer nuevos amigos antes de que comiencen las clases brinda un sentido de pertenencia que es vital para su bienestar emocional. Además, participar en actividades extracurriculares puede ayudarlos a conectarse con otros y a reducir la sensación de aislamiento.
Promover una mentalidad de crecimiento
La resiliencia infantil se fomenta al enseñar a los niños a ver los desafíos como oportunidades para aprender. Es por ello que es clave motivarlos a asumir nuevas experiencias y a entender que el esfuerzo conduce a la mejora. Según psicólogos, desarrollar una mentalidad de crecimiento ayuda a los niños a enfrentar los obstáculos con una actitud positiva y confianza en sí mismos.
Con estas estrategias, usted puede apoyar a sus hijos para que afronten el inicio del año escolar con entusiasmo, transformando los retos en oportunidades de crecimiento y aprendizaje.