Tegucigalpa, Honduras.- El cuidado de las uñas en la infancia constituye una medida básica de salud preventiva que, pese a su importancia, suele minimizarse en el entorno doméstico.
Lejos de ser un gesto meramente estético, mantener las uñas limpias y bien cortadas es parte fundamental de la higiene cotidiana y de la prevención de infecciones cutáneas que —en algunos casos— pueden alcanzar cierta gravedad clínica.
Durante la niñez, el contexto fisiológico agrava los riesgos puesto que la piel es más delicada, el sistema inmunológico aún es inmaduro y la actividad física constante propicia pequeños traumatismos que pasan inadvertidos.
En este escenario, una uña mal cortada puede dar pie a la proliferación de bacterias, generando desde molestias locales hasta cuadros infecciosos que requieren atención médica.
Uno de los errores más frecuentes, según la pediatra Gissela Díaz, está en la forma de cortar las uñas. “Nunca deben cortarse de forma redondeada ni retirando las esquinas, que es una costumbre muy común entre los padres”, advirtió.

Otro detalle importante es no cortar demasiado la uña. “También es un error dejarlas muy cortas, muy pegadas a la piel”, agregó.
A esto se suma el calzado inadecuado, especialmente aquellos zapatos muy ajustados o de punta estrecha, que presionan las uñas y contribuyen al problema.
Además de estos factores externos, la genética representa un riesgo importante que debe considerarse.
“Muchos niños heredan la predisposición de sus padres a tener uñas encarnadas”, destacó Díaz. Y como ese factor no puede modificarse, lo que queda es intensificar los cuidados cotidianos para impedir que derive en una complicación mayor.
Otros factores que debe considerar
Cuidar las uñas de los niños requiere preparación, atención y, sobre todo, una actitud dispuesta que priorice el bienestar del niño por sobre la prisa. Aquí algunas consideraciones.
- Momento adecuado: procure cortar las uñas después del baño, cuando estén blandas. Esto reduce la probabilidad de que se astillen o se quiebren.

- Herramientas: tijeras con puntas redondeadas o cortauñas diseñados para niños deben ser desinfectados antes y después de cada uso.
- Corte perfecto: al cortar, deje siempre un pequeño borde blanco para no llegar a la piel.
Revisión completa: ¿qué no debe pasar por alto?
- El largo de las uñas: por medio de una revisión periódica, detectará si las uñas están excesivamente largas —lo que facilita la acumulación de suciedad— o demasiado cortas, lo que puede favorecer a que se encarnen.
- Los bordes: es fundamental observar si alguno de los bordes laterales de la uña comienza a introducirse en la piel adyacente. Esta situación puede generar dolor, enrojecimiento o inflamación localizada.
- Cambios mínimos: es crucial estar atento a señales tempranas. Estos indicios pueden ser el comienzo de un problema que, si no se detecta a tiempo, derivaría en una onicocriptosis o infección.
Una uña infectada
La experta señala que “la onicocriptosis infectada en niños puede presentarse con síntomas generales como fiebre y malestar. También pueden estar irritables, dejar de comer y presentar signos locales evidentes como enrojecimiento alrededor de la uña, inflamación e incluso salida de pus. Ante este cuadro, debe acudir al pediatra”.