Tegucigalpa, Honduras.- Al despertar, la cama de su hijo está mojada. Intenta no alarmarse, pero la escena se repite noche tras noche y la preocupación crece: ¿será normal a su edad? ¿Es solo cuestión de tiempo o hay algo más detrás de este hábito?
La pediatra Gissela Díaz explica que el control de esfínteres se desarrolla entre los dos y cuatro años de edad, pero es hasta alrededor de los cinco cuando la mayoría de los niños dejan de orinarse en la cama por las noches.
Esta condición, conocida como enuresis nocturna, se define médicamente como la incapacidad de controlar la micción durante la noche debido a diversos factores.
“La enuresis nocturna puede deberse a distintos motivos. Por ejemplo, factores anatómicos, como tener una vejiga demasiado pequeña; hormonales, como una deficiencia en la hormona antidiurética; o infecciosos, como una alteración del tracto urinario”, detalló la especialista.
Esto sin mencionar las enfermedades sistémicas, que también juegan un rol vital dentro de este contexto y, por supuesto, el factor emocional.
“Se ha comprobado que hay niños que, ante situaciones de estrés, comienzan a experimentar episodios nocturnos en los que se duermen y se orinan en la cama”, puntualizó Díaz.

Otros factores de riesgo incluyen antecedentes familiares. Pero, ¿cuándo es momento de acudir a un especialista?
La experta identifica tres situaciones clave: si el niño sigue mojando la cama después de los 10 años, si había logrado el control de esfínteres y luego vuelve a orinarse durante la noche sin razón aparente, o si la enuresis viene acompañada de síntomas como dolor al orinar, orina de color anormal o problemas respiratorios al dormir.
En estos casos, el pediatra deberá evaluar el contexto y, si es necesario, derivar al niño a otro especialista según la causa sospechada.
Paso a paso: rutina que debería seguir
Cada caso es único, y, por lo general, los niños superan la enuresis nocturna con el tiempo. Mientras tanto, conozca algunas técnicas que puede incluir en su rutina antes de dormir.
- Evitar líquidos: limitar la ingesta de líquidos en las horas previas a dormir ayuda a disminuir la orina durante la noche.

- Ir al baño: crear el hábito de orinar justo antes de dormir vacía la vejiga y disminuye las probabilidades de que el niño necesite hacerlo mientras duerme.
- Dormir cómodo y caliente: es importante abrigar bien al niño para evitar estimular la micción involuntaria con el frío.
Efectos emocionales
“A ningún niño le gusta orinarse en la cama. Cuando sucede, pueden sentirse tristes, avergonzados, ansiosos y frustrados, lo que podría afectar su autoestima y generar repercusiones psicológicas significativas. Por ello, el manejo inicial debe centrarse en la modificación del comportamiento, evitando, ante todo, exponer o avergonzar al niño por este problema”, enfatizó la experta.
Otros consejos que le pueden ser de utilidad
- Reduzca el estrés y la ansiedad: Actividades relajantes antes de dormir, como leer un cuento o escuchar música suave, pueden reducir el estrés y ansiedad del niño, y propiciar un descanso más tranquilo.
- Utilice un sistema de recompensas: Motivar al niño con pequeñas recompensas cuando logra noches secas refuerza su confianza y autoestima, ayudándolo a ver el proceso como un desafío alcanzable.
- No utilice pañales: Depender solo de los pañales puede retrasar el proceso de control nocturno de la vejiga. Si el niño ya tiene edad para dejarlos, permítales usar ropa interior normal.