Entre el 2 y 3 por ciento de los accidentes de tráfico provocan lesiones oculares, cuya incidencia ha aumentado en los últimos años lo que coincide con la progresiva instalación de airbags frontales en los vehículos.
Sin embargo, hasta ahora no se había analizado si las gafas estaban relacionadas con tales lesiones, ya fuera directamente en el globo ocular o en la cavidad orbital, por los daños provocados por la montura.
De ahí el inédito estudio elaborado al respecto por el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Fundación Alain Afflelou, consistente en un ensayo de impacto de trineo para valorar el comportamiento de unas gafas en caso de accidente frontal con activación de airbag.
Riesgo ocular casi nulo
Como resultado, el ocupante en la plaza del conductor sufrió un impacto cuya deceleración corresponde a la de un turismo cuando choca contra un muro a 56 km/h, equivalente a un accidente en el que el turismo golpea de manera frontal contra otro de peso equivalente que viaja en dirección opuesta a la misma velocidad.
De hecho, un ocupante real sometido a esas condiciones podría haber sufrir daños serios, especialmente en cabeza y pecho. Analizando los valores obtenidos en el maniquí mediante la función denominada “fuerza de riesgo de rotura del globo ocular” (mide los daños en el ojo y en la cuenca orbital), se vio que el riesgo ocular es prácticamente nulo en la configuración analizada, pues los valores máximos medidos en los ojos fueron de 17 Newton (N), lo que implica un riesgo bajo (éste aumenta a partir de 50 N, alcanzando el punto máximo en 125 N).
Conclusiones del trabajo
Se observa cómo un conductor que viaja con gafas no sufre daños al activarse el airbag, no se produce presión contra el globo ocular, ni se recogen daños alrededor del ojo.
El uso de unos sensores en la cabeza del maniquí para medir daños oculares permitió comprobar que las gafas actúan como protector frente al contacto con la lona o los gases del airbag.