Tegucigalpa, Honduras
¿Se ha despertado adolorido y cansado?
Despertar más cansado que la noche anterior definitivamente es frustrante. Una de las tantas razones por las que no descansamos como deberíamos es porque dormimos en posiciones que generan tensión en los músculos y en la columna vertebral. O sea que además del estrés que vivimos durante el día, en las noches estamos poniendo más presión sobre nuestro cuerpo.
Aunque no lo crea, una de las razones que pueden estar influyendo en sus trastornos de sueño es la cama en la que descansa. Afortunadamente, la solución es sencilla: aprendamos a escoger la cama y almohada adecuada y adoptemos la posición fetal para dormir mejor.
Para conocer más sobre el tema consultamos con el ortopeda José Avilés, a fin de darle esas características básicas que debe tener su cama y la de sus hijos.
Colchón de calidad
Es tan importante la calidad de la cama donde dormimos que la Fundación Norteamericana del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés) recomienda dormir en un colchón de buena calidad y en un ambiente fresco, silencioso y oscuro, libre de ruidos y otras distracciones.
“La cama debe asociarse psicológicamente a las actividades propias del sueño, no para cenar, mirar la televisión, trabajar en la computadora o hacer la tarea escolar. Un tercio de nuestra vida transcurre en la cama. Algo tan importante como las alteraciones del sueño no son tan solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad”, manifestó el galeno.
Medidas
Pasaremos un tercio de nuestra vida en la cama, lo que significa que lograr un buen descanso de noche es clave. Compartimos con usted ocho aspectos que debe tener en cuenta al elegir una cama.
1. Tamaño. Debe ser proporcional al dormitorio y estar ubicada de manera que tenga espacio suficiente para levantarse y acostarse cómodamente. Su cabeza y sus pies deben quedar dentro de la cama cuando se estire por completo. El grosor ideal del colchón es de 15 centímetros como mínimo; el largo, 10 centímetros más que la altura de quien dormirá en él y la anchura mínima recomendada 80 centímetros para una cama individual y 135 centímetros para una doble.
2. Material. Los colchones de látex, más caros y duraderos, contienen millones de pequeños agujeros que permiten que el cuerpo transpire. Además son hipoalergénicos. El relleno no debe ser ni demasiado blando ni excesivamente duro; debe tener la firmeza necesaria para evitar que la cabeza caiga hacia atrás.
3. Duración. Conviene cambiar el colchón cada diez años. Tenga en cuenta la elasticidad puntual del colchón: la base debe ceder sin excesos bajo las partes con más peso del cuerpo (hombros y pelvis), ofreciendo a la vez un soporte firme para las zonas menos pesadas. Además, un colchón nuevo sobre una base vieja o de mala calidad se estropea antes, lo más recomendable es renovar el equipo de descanso completo. Asimismo, es necesario rotar la cama cada tres meses.
4. Espacio. Mida el dormitorio para saber qué tamaño de cama puede colocar. Adáptese a las medidas del cuarto teniendo en cuenta que la cama es el elemento principal. Mida y haga un bosquejo del dormitorio y calcule cuál es la medida máxima que puede colocar. Mida su habitación y su puerta antes de decidir el tamaño de la cama a comprar. Necesitará al menos un espacio de 15 a 18 pulgadas (38 a 45 cm) en ambos lados de la cama para moverse alrededor de la misma de forma cómoda.
5. Pruébela. Pruebe la cama antes de comprarla. En la tienda, es indispensable echarse durante unos quince minutos en la cama. Si sus codos se hunden, escoja una cama más dura. Fíjese también en que su columna vertebral quede recta cuando se tumbe de lado. Si se tuerce hacia uno de los lados, puede que el colchón sea demasiado duro. La cama del niño tiene que ser lo suficientemente esponjada y que no sea más colchón y resorte.
6. Cuidados. Los peluches y almohadas decorativas ocupan un mantenimiento adecuado porque son responsables de la acumulación de polvo y ácaros, por ello tiene que asolearlos, aspirarlos y cuidar de su higiene.
7. Altura. La altura habitual de la cama con respecto al suelo es de 30 a 40 centímetros. Menos, no es conveniente para las personas que tengan dificultades para incorporarse. Para la personas más mayores o con dificultades, la altura ideal sería de 50 centímetros.
8. Acompañantes. La almohada también es importante, esta no puede ser ni muy alta, ni muy delgada. Es necesario que se adapte al eje del cuello y al de los pómulos. La cabeza no puede quedar muy levantada. La posición ideal para dormir es la posición fetal. La almohada tiene que dejar la cabeza en el centro.