Los hijos son lo más bello que existen en la vida, pero hay ciertas situaciones que provocan un descontrol en los padres por el hecho de no saber qué hacer, tal es el caso de los papás que trabajan.
“Un niño a edad temprana no entiende que cuando sus padres se van siempre vuelven; cuando vuelven esto le angustia y llora porque se siente como abandonado”, dijo la psicóloga Carolina Caballero.
¿Qué hacer y qué no hacer?
1. Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad. Hay que despedirse de los niños siempre, aunque estén muy entretenidos, y decirles que van a volver y cuándo. A lo mejor no lo entienden y lloran. Pero poco a poco comprenderán que lo que dicen sus padres se cumple. Es error irse sin despedirse, porque si se dan cuenta es peor y empiezan a dudar y querrán estar siempre a su lado por si acaso.
2. No dejarlo donde un familiar o en su casa todo el día, eso se hace poco a poco. Al dejar a los hijos en otro lado, hay que hacer que lleven su juguete preferido, ya que para los hijos significa que tienen algo familiar con ellos, algo de su casa; esto es muy importante al principio.
3. Debe evitar el chantaje afectivo como este: “no llore que mamá se va triste”, o la mentira: “no llore que mamá viene ahora”.
4. Cuando sea la hora de marcharse es mejor no alargar la situación, por eso debe decir adiós con seguridad y alegría. Es importante que el hijo no piense que la marcha de los padres es opcional o que si protesta con fuerza impedirá la partida.
5. No prolongar las despedidas en exceso. Hay que trasmitir al niño que lo que está haciendo es lo mejor para él.
6. Evite al recogerlo o al llegar a casa frases como “¡ay!, pobrecito, que lo hemos dejado solito” y “¿qué le han hecho?”
7. Puede que el niño, en el reencuentro con los padres, llore o muestre indiferencia; no se alarme, solo está adaptándose a un ritmo diferente.
