La persona que es adicta al consumo gasta el dinero que no tiene, realiza compras impulsivas de las que luego se arrepiente y ha intentado superar el problema por sí mismo sin éxito.
En el país existe una cultura consumista, ya que la mayoría de las personas se desesperan por comprar lo último tanto en ropa o en artículos para así aprovechar los descuentos o las ofertas que surgen en esta temporada debido a la llegada del decimocuarto, y eso provoca a veces un mal uso del dinero, ya que suelen haber gastos innecesarios solo por el simple hecho de comprar.
El decimocuarto mes de salario es un mes adicional como un beneficio laboral, pero se le debe dar un uso adecuado. Para que usted no cometa errores, Superguía Empleos le proporciona una lista de lo que NO debe hacer con el decimocuarto, así que tome nota.
Puntos clave
Educación financiera. Comienza en la familia, enseñándole a los niños a ahorrar pequeñas cantidades en la alcancía.
Solvencia. Ahorrar por lo menos el 50% de su decimocuarto le ayudará a salir adelante en la situación económica actual.
Gastos “hormiga”. Muchas personas no toman en cuenta los gastos pequeños, y precisamente esos son los que más suman en las compras.
Evite el derroche. Al realizar su presupuesto de gastos se recomienda anotar los aspectos básicos e innecesarios, así se dará cuenta en lo que derrocha el dinero.
“Si al sacar las cuentas de su presupuesto le sobra una parte para ahorrar, eso quiere decir, que ha utilizado eficientemente el decimocuarto mes de salario”, comentó la entrevistada.
Tome nota de estas recomendaciones
1. Gastar más de la cuenta. No se pueden cumplir objetivos a largo plazo si no se tiene el corto plazo resuelto. Es clave integrar los ingresos extra con el presupuesto anual para tener una meta financiera muy clara.
2. Olvidarse de ahorrar. “Si usted no ahorra no tendrá ingresos adicionales para los momentos difíciles”, manifestó Gloria Urquía, gerente administrativa del Centro de Crecimiento de Recursos Humanos (Crecerh). Trate de no gastar el dinero que le aumenten o que reciba de manera adicional; por ejemplo, el pago de un dinero que prestó, un bono por productividad, su reparto de utilidades, horas extras, gratificaciones, decimocuarto, etc. Mejor ahórrelo.
3. Falta de organización. Sea consciente que lo principal es pagar sus deudas antes que pretender ahorrar dinero.
“Establezca prioridades para pagar las deudas, sobre todo aquellas que estén ocasionándole la mayor salida por el pago de intereses”, aconsejó Urquía.
Si en este momento tiene una deuda que le cobra un interés bajo, analice y si su plan financiero se lo permite probablemente no sea necesario pagar la totalidad de esta con el fin de no descapitalizarse y poder destinar ese dinero a otros rubros, como el ahorrar. Decida qué asuntos tienen mayor prioridad, cuáles son más cercanos de alcanzar y los que más convenga cumplir. “Recuerde que las deudas provocan problemas de depresión, así que cuide su salud en este tipo de situaciones”, dijo la entrevistada.
4. Descuidar reservar una parte de su dinero para emergencias. Es importante tener disponible cierta cantidad de dinero para cubrir emergencias, como la atención médica; de preferencia, procure que este dinero esté invertido en alguna cuenta bancaria que sea segura y de la que pueda disponer del dinero en un plazo conveniente, así generará intereses por encima de la inflación.
5. Abusar del uso de las tarjetas de crédito. Trate de no usar mucho su o sus tarjetas de crédito, recuerde que son para los imprevistos o aprovechar alguna oportunidad que con ellas se ofrezca. Tenga solo las necesarias y utilícelas con mesura.
6. Compras compulsivas. “A la gente le gusta estar al día con lo último en moda o tecnología, sobre todo en fechas especiales la gente se desespera por comprar como loco, tratan de aprovechar las supuestas ‘ofertas’ que los comercios tienen”, dijo la gerente administrativa de Crecerh. Para este tipo de personas, el ir de compras se convierte en algo necesario y todo se planifica en torno a esta actividad. Casi todo el tiempo libre se dedica a ir de tiendas, aunque no necesite comprar nada. Una vez que se consigue “X” producto se pierde el interés por él y se busca algo nuevo que adquirir. La cadena de gasto nunca termina.