Unas 30 familias del histórico barrio El Bosque han vivido los últimos tres años en medio de un latente foco de contaminación.
Y es que un enorme solar baldío que se localiza en la denominada 'vuelta del perro ahorcado' se volvió una sucursal del crematorio municipal.
La cantidad de desechos sólidos que los mismos habitantes de la zona depositan sin medir las consecuencias de sus actos, hoy los tiene al borde de la desesperación.
La basura se esparce a metros de la calle e incluso llega hasta las puertas de las viviendas más cercanas al clandestino basurero comunitario. La descomposición de los desechos ha pasado factura durante todo este tiempo a la salud de los afectados.
El problema
Según los moradores, el problema se ha hecho eterno.
Cuando el terreno comenzó a ser utilizado en 2009 como botadero, un grupo de vecinos levantó firmas para enviar la denuncia a la Unidad de Medio Ambiente de la comuna.
La denuncia ambiental plasma la preocupación de los habitantes ante el fenómeno que estaba ocurriendo, al tiempo que pidieron que el propietario del terreno lo cercara.
En su momento esta entidad local intervino el predio y su propietario lo cercó con malla ciclón y limpió el predio.
No obstante, más tardó el dueño en limpiarlo que inescrupolosos vecinos de las zonas aledañas en llenarlo de nuevo de desechos sólidos.
La presión de la enorme cantidad de basura rompió el cerco y los desechos están regados en todo el predio, aceras y parte de la calle principal del barrio.
Cansados de esta situación que se repite cada vez que es intervenido el predio, los vecinos decidieron levantar esta semana su bandera de lucha para recuperar la salubridad de la zona.
Los afectados exigen la limpieza del solar y que la Alcaldía sancione con severas multas a todo aquel que deposite su basura en la zona. Entretanto, el dueño del predio asegura estar cansado de la situación, al grado que ha puesto en venta el predio.