Tegucigalpa, Honduras.- En una humilde vivienda del sector Las Colinas de la aldea de Suyapa, doña Cristina Velásquez, de 53 años, lucha cada día con enfermedades que afectan su cuerpo como un enemigo silencioso que la ha dejado postrada en cama.
La retención de líquidos, la diabetes y un deterioro progresivo de su salud la mantiene en una situación crítica. Pero su espíritu, fuerte y aferrado a la vida, sigue clamando por un milagro.
Con la voz entrecortada por el cansancio, pero con el alma encendida de esperanza, doña Cristina súplica ayuda a quienes puedan tenderle una mano solidaria.
“Pido a las personas de buen corazón que me ayuden para poder ir donde el médico, ya que soy de escasos recursos económicos”, expresó la entrevistada.
Su situación se ha agravado en los últimos siete años. La diabetes le ha afectado la vista y sus pulmones, mientras el cuerpo no deja de hincharse por los líquidos retenidos.
A su lado, su hija Alejandra de 17 años de edad, enfrenta su propia batalla, ya que padece de una enfermedad hepática llamada Caroli, que ha requerido constantes tratamientos desde su niñez.
“Mi madre siempre me cuida y me lleva al Hospital Escuela. Pero ahora que está así no puede ni moverse. Pido ayuda para que mi madre se recupere”, expresó Alejandra, con sus ojos llorosos.
A esta súplica se une Marisela García, una vecina solidaria que no se ha despegado de ellas. “Esperamos que las personas nos apoyen. Aquí cada granito de arena cuenta. Nadie les ayuda y la situación es crítica”, lamentó.
Los médicos les han recomendado acudir a una clínica privada, pero el alto costo lo vuelve imposible. “No tienen dinero, y tanto la madre como la hija necesitan atención médica urgente”, insistió Marisela.
Si usted desea ayudar a doña Cristina y a su hija Alejandra, puede comunicarse al número 9456-1400, donde se le atenderá con amabilidad. También puede visitarlas directamente en la colonia Loarque, 100 metros antes de la Plaza Loarque, salida al sur frente a Ferromax.
La familia García se lo agradecerán de todo corazón, donde la fe y la esperanza se aferra a una mano solidaria de los hondureños que siempre apoyan las buenas causas.