Tegucigalpa, Honduras.- En los sectores de Reparto por Arriba y Cerrito Blanco, el silencio de la madrugada se rompe con el crujir de la tierra que avanza lenta, pero implacable, arrasando todo a su paso.
Entre grietas y escombros permanecen los recuerdos de quienes han pasado toda una vida en la zona y hoy enfrentan la dolorosa decisión de abandonar sus hogares para sobrevivir.
“Es triste dejar años de esfuerzo aquí, pero tuvimos que salir para resguardar nuestras vidas”, relató con tristeza Juan José Sierra, quien regresó brevemente para recoger algunas pertenencias de su vivienda, una de las pocas que aún siguen en pie.
Don Juan José ha vivido 38 años en Reparto por Arriba. “Aquí nací, por eso se hace difícil irme a otro lugar”, dijo mientras observaba el barrio que lo vio crecer y que guarda en cada rincón parte de su historia.
Aunque su casa todavía resiste, la tierra se desliza cada día más cerca, llevándose todo a su paso entre el agua y el lodo. “Ya casi no se puede dormir tranquilo”, agregó con resignación.
A pocos metros, Nelson Galindo, también nacido y criado en el sector que divide Reparto por Arriba con Cerrito Blanco, vive la misma angustia. Observa con preocupación cómo la tierra cede lentamente y amenaza con destruir su hogar.
“A cada hora estamos yendo a ver la zona del deslizamiento y avanza sin detenerse. Tenemos que estar a la expectativa y vigilantes por la noche”, explicó mientras mostraba la destrucción causada por la masa de tierra que se desplaza poco a poco.
Al momento de la entrevista con EL HERALDO, don Nelson grababa un video con su celular, intentando conservar un recuerdo de la zona por si el desastre lo obliga a marcharse.
“Aquí pasé mi niñez y espero en Dios esto no siga avanzando porque no tenemos dónde ir”, narró con angustia mientras registraba con su teléfono algunas viviendas ya colapsadas.
Mientras tanto, los vecinos que aún permanecen en la zona viven en permanente zozobra, vigilando las noches lluviosas y atentos al menor sonido que anuncie otro deslizamiento.
