Tegucigalpa, Honduras.- El centro histórico de Tegucigalpa se llenó de fe y devoción durante la celebración del Domingo de Ramos, una de las fechas más emblemáticas del calendario litúrgico católico.
Cientos de capitalinos asistieron con entusiasmo a la tradicional procesión que rememora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, portando ramos de palma bendecidos y entonando cánticos de júbilo.
Desde tempranas horas, las familias comenzaron a reunirse en las afueras de la iglesia El Calvario, punto de partida de la caminata espiritual que concluyó frente a la majestuosa Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel. Se trata de una costumbre que ha perdurado por más de un siglo y que sigue viva en el corazón de los fieles capitalinos.
“Venimos cada año porque es una manera de mostrar nuestra fe y agradecer a Dios por sus bendiciones”, comentó doña Hilda Ramírez, quien asistió junto a sus nietos a la actividad religiosa.
En reverencia y con ramos en mano, los feligreses avanzaban por las calles del centro con una mezcla de solemnidad y alegría.
La procesión concluyó con una homilía presidida por el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher Tatay, quien dirigió un emotivo mensaje a los asistentes.
“Nos demos cuenta de que no solo ha llegado el tiempo de la Semana Santa, sino que con ella se aproxima la hora, la celebración definitiva de nuestra vida”, dijo el religioso.
El prelado hizo un llamado a la introspección y a comprender el verdadero sentido de la Pascua.
“Porque la Pascua del Señor no solo es un recuerdo, es una memoria eficaz y real de los hechos más determinantes y esperanzadores de toda la historia”, añadió ante cientos de fieles capitalinos.
En la Catedral, reinaba un ambiente de respeto y silencio mientras el clérigo impartía versículos que recuerdan la muerte y resurrección de Jesucristo.
Miguel Ángel Durón, uno de los asistentes a la homilía, compartió su sentir: “Dios nos invita a un acercamiento a Él en estos tiempos duros que estamos viviendo, porque el enemigo hace mella en toda aquella persona que es débil en la fe”.
Semana Santa 2025
Los alrededores del templo se convirtieron en un espacio de encuentro familiar y espiritual. Vendedores ofrecían palmas trenzadas, imágenes religiosas y agua bendita, predominando el respeto a lo más sagrado del evento religioso.
Para muchos, este Domingo de Ramos fue también una oportunidad de renovar sus compromisos espirituales. “Siento que esta semana es para reencontrarnos con nosotros mismos y con Dios”, expresó Francisco Navarro, representante de la Junta Directiva de los Caballeros del Santo Entierro de la iglesia El Calvario