Desde las primeras horas del día, el pinar en lo alto del cerro El Picacho le entonó una serenata.
A este cántico se le unió una sinfónica de miles de pajarillos, y sus hijos elevaron plegarias al cielo para invocar la protección de Dios.
Y es que este 29 de septiembre es un día grande: Tegucigalpa está de fiesta en la celebración de su 434 cumpleaños.
Al despertar de la aurora, en la Catedral Metropolitana habrá un repique de campanas, con quema de pólvora.
Desde el cerro Juana Laínez, sitio donde se eleva el Monumento a la Paz, declarado el año anterior símbolo de identidad y orgullo de los capitalinos, se le cantarán “Las mañanitas” en un evento preparado por EL HERALDO.
Pero, además de este evento, se han programado varias actividades que se volverán un obsequio para el pueblo de Tegucigalpa que recuerda aquellas fiestas de antaño.
Entre estas se destaca la misa solemne en honor al Príncipe de la milicia celestial, San Miguel Arcángel, a quien cientos de feligreses se han acogido bajo su protección.
Cabe señalar que el invencible guerrero es el custodio de este pueblo desde 1578 y en su honor 500 ciudadanos llevan su nombre, que significa
“Quién como Dios”. Luego, la imagen de San Miguel recorrerá las calles del Centro Histórico en su la tradicional procesión. Y como parte de la fiesta, no puede faltar el corte de un inmenso pastel de cumpleaños.
En horas de la tarde, 25 institutos desfilarán en el bulevar Morazán para rendirle honores a la ciudad.
Por la noche, en este mismo bulevar, los capitalinos se sumergirán en la alegría del carnaval, donde participarán varias agrupaciones musicales y artistas internacionales.
Para mañana domingo se tendrá el famoso Capigol y el concurso de sopas.
Ciudad histórica
El mejor regalo que se le puede dar a esta ciudad que gentilmente acoge a sus hijos es descubrirla, conocerla, valorarla y aprender a amarla.
De acuerdo a la historiadora Daniela Navarrete y a otros expertos investigadores que se han ocupado del estudio de esta ciudad, Tegucigalpa no fue fundada, como ocurriera con Comayagua, Trujillo, Gracias a Dios o Choluteca.
Hacia el año de 1569 se descubren en Honduras las minas de plata en Guazucarán, en las cercanías de Ojojona. Años más tarde se descubren yacimientos cercanos a la zona sur y este de Comayagua, conocida como Tegucigalpa, donde la producción minera fue modesta con ciclos de producción, y para 1578 se oficializa como Real de Minas.
Su auge le permitió que el 10 de junio de 1762 ascendiera a la categoría de Villa de San Miguel de Heredia de Tegucigalpa, y el 11 de diciembre de 1821 se le confiere el título de ciudad. Para 1880, el presidente Marco Aurelio Soto traslada la capital de Comayagua a Tegucigalpa. “Es importante apropiarse de la historia de Tegucigalpa, para amarla y para cuidar su patrimonio y cultura como si se tratara de nuestra casa mayor”, declaró Navarrete.
Tegucigalpa es una ciudad de contrastes con mucho potencial, ejemplo de ello es el centro histórico, que data de más de 400 años, donde se encuentran valiosas joyas patrimoniales de la época colonial y moderna.
A criterio de la historiadora, recorrer la ciudad viene a ser como estar frente a un libro abierto que nos da lecciones de historia que ayudan a fortalecer nuestra identidad y sentido de pertenencia.
La Catedral Metropolitana, iglesias como Los Dolores, El Calvario, La Merced, San Francisco; edificios como el Palacio Municipal, la Antigua Casa Presidencial, entre otros, forman parte del patrimonio que atesora Tegucigalpa.
Plan de ciudad
La evolución de la ciudad va conforme a sus necesidades prioritarias. Si bien es cierto que se celebra el 434 cumpleaños, no se puede hacer a un lado la apuesta de que para el 2028 los capitalinos tendrán la ciudad con la que han soñado. Esto se logrará a través de un plan de ciudad denominado Capital 450.
En la propuesta se definen estrategias y acciones a corto, mediano y largo plazo encaminados a lograr este objetivo en el 450 aniversario de la antañona Real de Minas.
La visión es convertirse en una ciudad modelo de Centroamérica, donde domine la calidad de vida de los ciudadanos. Los ejes prioritarios de este plan son la cultura ciudadana, familia y desarrollo humano, competitividad regional, seguridad, medio ambiente, ordenamiento territorial, movilidad urbana, gestión de riesgo y agua y saneamiento.
Hoy Tegucigalpa está de fiesta y sus hijos piden a Dios bendición para esta pródiga tierra.