Las jornadas de vacunación canina en la capital y todo el país se desarrollan eficientemente todos los años.
Al menos 1.2 millones de dosis de la vacuna contra la rabia se aplican a perros y gatos en todo el territorio nacional.
Pero muchos ciudadanos desconocen que la vacuna que salva la vida de las mascotas y de la raza humana se produce a unos cuantos kilómetros de la capital.
En el Instituto Hondureño de Investigación Medico Veterinaria (IHIMV), ubicado en el kilómetro 13 de la salida a Mateo, un grupo de 80 expertos son los encargados de crear este medicamento.
El instituto conformado por nueve secciones de investigación es el único de su tipo en el país y Centroamérica. De su operación depende el control de enfermedades equinas, bobinas, caninas y avícolas.
Gracias a las investigaciones del centro donde se certifica la calidad de la carnes de cerdo, res y aves que distribuyen los productores nacionales al declarar el país libre de enfermedades como la gripe porcina, influenza aviar y encefalopatía espongiforme bovina o “vaca loca”.
Eminente riesgo
Pero todos estos procesos podrían estar en riesgo debido a que la sede del laboratorio se ubica en el área cero, estipulada para ser inundada con la construcción de la represa Guacerique II.
Gustavo Guifarro, director del instituto, detalló que desde el 27 de mayo de 2010 recibieron la primera notificación de que debían abandonar el predio porque se ubica en el área de influencia del embalse.
Y el 30 de enero de este año una nueva misiva exigió que se reubique el centro, ya que el estudio de factibilidad realizado por expertos coreanos ratificó el dictamen de 2010.
“Llevamos dos años buscando un predio que sea adecuado para trasladarnos, pero hasta el momento no hemos seleccionado un lugar por lo oneroso del traslado”, indicó.
Guifarro detalló que se requieren al menos 3.2 millones de dólares (64 millones de lempiras) solo para construir un nuevo instituto, sin contar el costo del terreno de al menos 10 manzanas para reubicarlo.
El tiempo es el peor enemigo del IHIMV, pues una vez que se instale la primera piedra del nuevo embalse solo les quedarán dos años para mudarse por completo.
Este plazo es difícil de cumplir pues se debe seleccionar un predio asequible y alejado de la ciudad porque en el centro se trata material biológico y de tener que instalarlo fuera de Francisco Morazán se tendría que liquidar a todo el personal. Muchos de los empleados tienen hasta 32 años de laborar para el centro, pues ingresaron a formar parte de la planilla desde 1980, cuando se fundó el instituto.
Alternativas
Algunas de las opciones que han tomado las autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) es gestionar entre los alcaldes de los municipios aledaños a Francisco Morazán la compra de terrenos o su donación. Pero a la fecha no han logrado encontrar uno que se acomode a los requerimientos mínimos de seguridad y sobre todo que reduzca la millonaria inversión que se debe hacer.
Los ingresos del centro son mínimos, la creación de la vacuna contra la rabia es lo única que les genera unos 10 millones de lempiras al año, dinero que es distribuido entre otras dependencias de la SAG.
Empero, la posible inundación del sistema es un tema no confirmado. Según el subgerente del Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillado (SANAA), Ricardo Velásquez, aún no se puede hablar de una posible pérdida del predio.
“El estudio en que ellos se basan es de 2010, que corresponde a una corrida muy preliminar, no se puede afirmar hasta tanto no contemos con el estudio final de factibilidad que están realizando las empresas coreanas”, indicó.
Velásquez desmintió que este año se haya enviado una misiva al IHIMV advirtiendo que están ubicados en el área de influencia del embalse.
“Asumo que esta noticia surge de las visitas que el contratista está realizando en la zona, pues el informe final esperamos tenerlo hasta finales de marzo”, indicó.