Tegucigalpa, Honduras.- Entre rezos, flores y nostalgia, el 2 de noviembre se convirtió nuevamente en un encuentro entre el amor familiar y la memoria.
En los cementerios de todo el país, cientos de familias hondureñas se reunieron para rendir homenaje a sus seres queridos en el Día de los Difuntos, una tradición que combina fe, arte y solidaridad.
“Este día vinimos, pero nosotros recordamos a nuestros difuntos todos los días. Hoy es una fecha impuesta, pero el amor y el cariño con el que los recordamos no se define por un solo día”, expresó Lilian Varela, quien cada año acude al Cementerio General de Tegucigalpa para coronar a sus seres queridos.
Entre coloridas flores, rezos y velas que guardan memorias inmortales, los visitantes encienden velas y oran el rosario.
“Además de visitar a nuestros fallecidos y decorar sus espacios, también les prendemos velas y oramos en su honor, para que ellos verdaderamente descansen en paz”, comentaron familias en duelo a EL HERALDO.
Coronación de flores
Durante la fecha conmemorativa, las flores se convirtieron en un elemento clave ante la celebración de los difuntos, mediante las coronaciones que adornan las tumbas, simbolizando el amor, respeto y memoria hacia quienes ya partieron.
Para la decorosa ocasión, cientos de floristerías se prepararon para ofrecer los arreglos que conmemoran con cariño la memoria de los que ya no están.
Con una larga lista de precios que va desde 25 lempiras hasta los 1,500 lempiras, los capitalinos encontraron arreglos y coronas para honrar a sus seres difuntos.
"Tenemos variedad de precios para todos los presupuestos, el dar flores es algo simbólico, pero muy especial", aseguró Ramón Martínez, quien vende flores en la cercanía a Jardines de Paz, ubicado en bulevar Suyapa.
Alfombrados
Por segundo año consecutivo, las alfombras de aserrín decoraron los pasillos del Cementerio General. Inspiradas en las “Catrinas” mexicanas, estas obras representan la igualdad ante la muerte y el homenaje a la vida.
"Acondicionamos el lugar para que las personas se sientan seguras y disfruten del arte mientras visitan a sus fallecidos, porque también se viene al cementerio esperando esa decoración alusiva", aseguró Esdras Izaguirre, administrador del Cementerio General.
El simbólico arte que fue realizado por manos voluntarias, nació del evento "Tapete de la Muerte" que se da en Guanajuato, México. Con la participación de Honduras, Argentina, Brasil, Guatemala y Perú.
Bajo el propósito de plasmar el Día de los Difuntos como una celebración que se caracteriza por el color y la celebración a los que ya no están.
Preparativos previos
Este año, el Cementerio General de Tegucigalpa se transformó en un espacio no solo dedicado a la memoria, sino también a la solidaridad y a la convivencia segura.
Con las nuevas medidas de seguridad y control implementadas en el Cementerio General —que alberga más de un millón de sepulturas—, la conmemoración se desarrolló en ambiente ordenado y tranquilo.
“Antes el cementerio era inseguro, pero hoy la gente puede estar tranquila porque aumentamos la seguridad dentro y fuera del panteón en un 97%”, afirmaron las autoridades.
Además, las zonas acondicionadas con áreas de descanso y la oferta de alimentos, refrescos, agua y café hicieron de la jornada una experiencia humana y solidaria.
“Es imposible contabilizar a los visitantes. Solo en la mañana repartimos más de 400 vasos de café y 1,700 latas de refresco”, explicó Izaguirre.
Entre arte, oración y memoria, la jornada fue un recordatorio de que la vida y el recuerdo no terminan con la muerte. “No se olviden de sus difuntos —dijo una visitante—, limpiar sus espacios y coronar sus tumbas es parte de tenerlos presentes. Lo mejor es venir a verlos”.
Coronación de flores
Durante estas fechas, las flores se convirtieron en un elemento clave ante la celebración de los difuntos, mediante las coronaciones que adornan las tumbas, simbolizando el amor, respeto y memoria hacia quienes ya partieron.
Para la decorosa ocasión, cientos de floristerías se prepararon para ofrecer los arreglos que conmemoran con cariño la memoria de los que ya no están.
Con una larga lista de precios que va desde 25 lempiras hasta los 1,500 lempiras. "Tenemos variedad de precios para todos los presupuestos, el dar flores es algo simbólico, pero muy especial", aseguró Ramón Martínez, quien vende flores en la cercanía a Jardines de Paz, ubicado en bulevar Suyapa.
