La gran apuesta de EL HERALDO, Escuelas Amigables con el Ambiente, alcanzó el éxito deseado.
Los cinco centros educativos participantes se convirtieron en las grande ganadores de esta iniciativa sin precedentes.
La campaña dio sus frutos, los que quedaron demostrados en la feria de proyectos innovadores que presentaron cada una de las escuelas.
Junto con sus maestros guías, los niños desafiaron su imaginación, talento y creatividad para elaborar bajo un denominador común cosas útiles y dejarlo como un legado.
Preparación
Durante el desarrollo de la campaña y con el apoyo la Séptima Regiduría municipal que coordina Doris Gutiérrez, a los alumnos se les impartió capacitación de cómo aprender a utilizar material desechable.
Las instrucciones dieron resultados óptimos y es así como la Escuela Jorge J. Larach
presentó una gama de material didáctico para la enseñanza de las operaciones básicas de las matemáticas y la lecto-escritura, ideal para escolares de primero a tercer grado.
Con el aprendizaje del abono la Escuela Cerro Grande II
presentó su proyecto de huertos familiares para apoyar la merienda escolar. Interesante fue ver cómo en llantas viejas y envases de plástico pueden cultivarse hortalizas.
Unas 350 botellas de refresco de 1.5 litros, reglas de bambú, madera y cabuya desafían cualquier diseño arquitectónico en cuanto a construcción de casas se refiere.
La Escuela de Ensayo Dionisio de Herrera
elaboró con este material un invernadero, que bien puede ser utilizado como casa para mascotas.
Mientras que los centros educativos Oriental de Uruguay e Itzamná
presentaron en maqueta un vivero, acondicionado con las cualidades de un jardín y una Biblioteca Ecológica, construida con cajones plásticos.
Cada uno de los proyectos es digno de recibir el reconocimiento especial.
