Tegucigalpa, Honduras.- En los últimos cuatro años, al menos 77 socavones se han formado en distintas zonas del Distrito Central, según la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS), lo que eleva el riesgo para los pobladores de los barrios y colonias.
Las causas principales que han detectado las autoridades son: el tipo de suelo, la antigüedad de la infraestructura y la poca capacidad de las tuberías subterráneas.
Los registros de la UMAPS, desde 2022 hasta junio de 2025, develan que, cada año, un promedio de 22 socavones se atienden en la capital, lo que equivale a casi dos incidencias al mes. Una cifra bastante elevada y de riesgo para la población.
Los hundimientos sin importar su tamaño, representan una amenaza para peatones y conductores. Una caída accidental en alguno de estos orificios puede ocasionar graves daños y lesiones.
Mientras circulaba por el anillo periférico, un conductor de transporte urbano, cayó dentro de un socavón. En el bus solo se transportaba el chofer y fue trasladado a un hospital para ser atendido.
El riesgo se intensifica cuando los socavones se presentan cerca de viviendas, escuelas o comercios. El caso más delicado fue en la residencial Honduras, donde un enorme orificio se abrió detrás de la Escuela República de China, comprometiendo la seguridad de estudiantes y docentes.
Aunque la Alcaldía del Distrito Central intervino con medidas preventivas, el problema sigue sin resolverse por completo.
Causas
Silvio Larios, gerente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (Chico) informó que estos fenómenos se forman por distintas variantes, pero la principal es la naturaleza de los terrenos de la capital.
“Tegucigalpa está en una zona cuya topografía no da ningún tipo de ventaja para la población, por otro lado, la morfología, el tipo de terrenos que tenemos acá, representan muchas zonas de riesgo”, advirtió Larios.
La antigüedad que tiene el alcantarillado de la capital, se vuelve también una bomba de tiempo. Hasta el momento, se han intervenido más de 25 barrios y colonias por problemas de esta naturaleza.
El barrio El Manchén y las colonias San Miguel, Prados Universitarios, Altos de Loma Linda, Mayangle, La Vega, Altos del Trapiche, Universidad Norte, El Prado, residencial Plaza y el centro capitalino, son algunos con problemas de tuberías colapsadas.
Muchas de estas zonas tienen un sistema de alcantarillado ha superado su vida útil, lo que las vuelve propensas a este tipo de situación, porque hay circulación de fluidos o líquidos internamente, y va debilitando el terreno poco a poco, más la presión de las edificaciones que tiene alrededor.
Por su parte, Jorge Peréz, subgerente de Alcantarillado Sanitario y Drenaje Pluvial de la UMAPS, admitió que, aunque el tema del drenaje antiguo sí es un problema, la irresponsabilidad de la población ha empeorado la situación.
“La conexión del drenaje de aguas lluvias con el sistema de aguas negras es letal y gran parte de la población hace esto desde sus viviendas, esto hace que cuando está lloviendo aumente la presión en las tuberías”, señaló el ingeniero.
Peréz aseguró que desde enero de 2025 hasta la fecha, se han cambiado más de 1.1 kilómetro de tubería. No obstante, aún resta mucho espacio que debe ser intervenido con cambios completos.
Larios, por su lado, aseguró que es importante que las autoridades realicen la supervisión de todo este tipo de obras, el monitoreo tiene que ser algo continuo en verano y en invierno.
"En verano el terreno aquí en Tegucigalpa tiene una particularidad, en verano se contrae y en invierno se expande, es como un acordeón, y este encoge puede colapsar debido al estrés que recibe”, explicó.
La alcaldía, al final, tiene una tarea bastante ardua de monitoreo y no solamente en ese tema de los socavones, sino en todas las estructuras de la capital, señaló el experto.