Tegucigalpa

Puente Mallol, el gigante capitalino que cumple 200 años de unir a las ciudades gemelas

Los historiadores denominan a este puente como la última construcción del periodo colonial de Tegucigalpa. El puente lleva el apellido de Narciso Mallol, quien fue alcalde de Tegucigalpa

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16.01.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Su fortaleza le ha hecho resistir 200 años de historia y durante este tiempo ha logrado mantener unidas a las dos ciudades separadas alguna vez por un impetuoso río.

El puente Mallol, una estructura de piedra, de cien metros de extensión y 13 metros de ancho, es el puente más antiguo de la capital, declarado monumento nacional por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).

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Hoy se encuentra descuidado y capturado por el comercio informal, pero alguna vez fue el paso más importante para unir a las dos ciudades que por muchos años se mantenían distantes y no solo en espacio, también en ideología y administración. Ahora ya no cruzan por sus vías carruajes, sino buses, motocicletas y todo tipo de vehículos.

Dos siglos de historia

A Tegucigalpa y Comayagüela apenas las enlazaban algunos puentes de hamaca y el floreciente comercio requería de un vínculo para comunicar a estas dos ciudades.

Dennis Portillo, historiador del IHAH, informó que en un principio esta imponente estructura se le conoció como Puente Tegucigalpa y los trabajos comenzaron a ejecutarse a mediados del 1818, a los tres meses ya se habían construido ocho bastiones o columnas.

Esta obra fue fecundada por un peninsular, el último alcalde español de Tegucigalpa, Narciso Mallol, quien falleció en marzo de 1821 y no pudo ver culminada su misión de unir a las ciudades hermanas.

Tres arcos del puente fueron destruidos por una fuerte crecida del río Choluteca, en 1906.

Tres arcos del puente fueron destruidos por una fuerte crecida del río Choluteca, en 1906.



A mediados de 1821 el puente ya estaba finalizado y fue bautizado en su honor, como el puente Mallol, por las nuevas autoridades de Tegucigalpa lideradas por don Tomás Midence. Para Portillo, este puente es motivo de orgullo no solo para los capitalinos, si no para toda Honduras.

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“El hecho que en una buena parte se mantenga desde sus orígenes nos debe servir de ícono del tipo de fortaleza y resistencia que nos debe identificar siempre”, afirmó Portillo.
Además, el historiador considera que la carga que recibe por la cantidad de tráfico vehicular y peatonal sobrepasa con creces para lo que fue diseñado originalmente. “Las autoridades deben convertirlo solo en paso peatonal y así se le protegería bajándole la carga que soporta en la actualidad”, recomendó Portillo. Según el último aforo de la comuna capitalina, antes de la pandemia circulaba por este tramo unos ocho mil vehículos al día. Este puente fue siempre en doble sentido, pero en la administración de Miguel Pastor se optó por hacerlo de una sola vía, en dirección a Tegucigalpa.

Sin embargo, hace siete meses se retornó a circular en doble sentido.
Aníbal Ehrler, gerente de Movilidad Urbana, explicó que con el traslado de la terminal de buses al mercado La Isla, hizo que la carga vehicular disminuyera de manera considerable.
Esta joya de la ciudad fue una proeza del arquitecto guatemalteco Juan Bautista Jáuregui. Los trabajos de construcción fueron realizados por los comayagüelas y también hubo mano de obra de algunos reos como pago por sus delitos.

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El arquitecto inspector de Patrimonio del IHAH, Daniel Rodríguez, consideró que para el tiempo en que fue construido, los trabajos se hicieron con agilidad.

También parte de este puente colonial, el único en la capital, sufrió el impacto de la naturaleza en 1906, y una tercera parte de su estructura fue devastada, sin embargo, por su tipo de material pudo recuperarse, sin perder su valor histórico.

Además que durante el huracán Mitch en 1998, el agua llegó a cubrir hasta sus barandales.
Rodríguez explicó que este puente ha soportado tantas inclemencias de la naturaleza, porque la obra como muchas otras de la época fueron sobredimensionadas, por ejemplo sus estribos. Esta obra fue el primer puente monumental de Honduras.

El puente fue reconstruido y conservaron la misma estructura, este plano fue captado en 1920.

El puente fue reconstruido y conservaron la misma estructura, este plano fue captado en 1920.