Pocos resultados ha obtenido la Policía Nacional de Honduras de 2011 a la fecha para ubicar al menos a seis de los 14 hondureños más buscados, a quienes se les supone responsables de delitos de homicidio, secuestro, estafa, tráfico ilegal de armas, drogas, personas y otros.
Aunque sobre estas personas pesan - además de órdenes de captura emitidas por los juzgados nacionales - alertas internacionales activas en los 190 países miembros de la Policía Internacional (Interpol), hasta el 15 de abril de 2015 continúan prófugos de la justicia.
Encabeza el listado de la Secretaría de Seguridad Bayron Ruiz Ruiz, buscado por los delitos de tráfico de drogas y almacenamiento ilegal de armas y municiones desde 2011. En esa fecha, el Juzgado de Letras Penal con Jurisdicción Nacional libró orden de captura internacional en contra de Ruiz Ruiz, quien junto a su banda mantenía amedrentada a la población de Juticalpa y alrededores.
El presunto narcotraficante logró huir en el momento en que contingentes de la Policía Nacional y el Ejército realizaban un operativo en su búsqueda en la zona oriental de Honduras.
Además, se le involucra en la muerte de ocho personas en el departamento de Olancho, hecho vinculado a una red del crimen organizado en esa zona del país.
El segundo enlistado es Carlos Galeas Cruz, subinspector de la Policía Nacional imputado por el asesinato de los jóvenes universitarios Carlos David Pineda y Rafael Alejandro Vargas, el último hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos.
Los cadáveres de ambos jóvenes fueron encontrados en octubre 2011 en el sector de Villa Real, en la carretera que comunica la capital de Honduras con la zona sur. Posteriormente, dio inicio una investigación apoyada por la UNAH y organizaciones civiles, mediante la cual se habría confirmado la participación de Galeas y otros dos policías en el crimen.
La Policía Nacional informaría tres meses después que Galeas y los policías Wilfredo Figueroa Velásquez y Santos Arnulfo Padilla habrían acabado con la vida de otros cuatro jóvenes, estudiantes y trabajadores, quienes se dirigían a una cancha de fútbol de la colonia Kennedy, al este de Tegucigalpa.
Aunque Santos Arnulfo Padilla ya guarda prisión, la Policía todavía busca al exagente Wilfredo Figueroa.
Otro hondureño aún no localizado es José Antonio Hernández Navarro, supuesto miembro de una banda dedicada al secuestro y otros delitos que operaba en los sectores de Chamelecón, Dos Caminos, Villanueva y otros lugares del occidente de Honduras.
También permanece prófugo Santos Neptalí Padilla Bustillo, a quien se le supone responsable de cometer los delitos de evasión y secuestro.
Padilla Bustillo es acusado y buscado por haber participado en el secuestro y muerte de Ricardo Ernesto Maduro Andrew, hijo del expresidente de Honduras Ricardo Maduro.
El prófugo había sido arrestado en Estados Unidos en 2005, de donde fue deportado hacia Honduras y enviado a la Penitenciaría Nacional, de donde se escapó.
Mientras Wesley Jones Pinseau, sospechoso por el delito de asesinato, figura en la lista por lo menos hace tres años.
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Entre las personas más buscadas en Honduras por la Secretaría de Seguridad figuran además dos mujeres: María Suyapa Izaguirre Midence y Norma Lidia Licona Fernández.
Izaguirre Midence es buscada por el delito de estafa y Licona Fernández por tráfico ilegal de personas.
Completan la lista otros cinco prófugos, los cuales escaparon del centro penal de Santa Bárbara el año pasado y fueron identificados como: Benigno Ríos Pineda, quien purgaba una pena por homicidio; Lucio Rápalo Perdomo, por tenencia y portación ilegal de armas; Alex Alexander Hernández Tróchez, por homicidio; Nelson Roberto Chávez Enamorado, por homicidio; y Byron Efraín Murillo Amaya, por robo.