Tocoa, Colón.- La tumba de un hombre fue profanada y posteriormente quemada en un camposanto de la aldea Salamá, en el municipio de Tocoa, Colón, en el Caribe hondureño.
El cadáver carbonizado corresponde a Maicol Tróchez, un joven que fue asesinado el 22 de agosto de 2025 durante un ataque armado en un campo de fútbol, donde también perdió la vida Eduardo Ábrego.
La madre de Tróchez, quien lloraba sobre la tumba de su hijo —donde también descansan los restos de su esposo, asesinado dos meses antes del crimen de su vástago—, manifestó desconocer los motivos del suceso.
“Ni muerto me lo dejan en paz. ¿Qué tienen contra nosotros? Si no le hacemos daño a nadie, lo único que hacemos es ayudar a la gente cuando nos piden ayuda”, expresó la mujer entre lágrimas.
La progenitora del joven relató que durante la noche le enviaron varios videos en los que se veía una de las tumbas envuelta en llamas. Al recibirlos, sintió un mal presentimiento y decidió acudir al cementerio, donde confirmó que se trataba de la tumba de su hijo.
A finales de agosto de este año, Tróchez y Ábrego departían en una cancha de fútbol ubicada en la comunidad de Salamá, cuando hombres armados los interceptaron y acabaron con sus vidas.
Según testigos, los jóvenes conversaban con otras personas después de un partido, cuando los sicarios, sin mediar palabra, dispararon en reiteradas ocasiones contra Tróchez y Ábrego, quienes cayeron gravemente heridos en el lugar y fueron auxiliados por otras personas.
A pesar de que sus familiares los trasladaron de inmediato a un centro de salud, horas después ambos jóvenes murieron debido a la gravedad de sus lesiones.