Varios equipos de investigación se han trasladado a la aldea El Chaparral, en el municipio de Trojes, El Paraíso, donde ayer fueron
acribillados
dos militares y dos civiles que transportaban más de 7 millones de lempiras.
Los equipos están conformados por detectives de los departamentos de Inspecciones Oculares y de Homicidios de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), además de agentes de la Policía Preventiva.
También se conoció que las Fuerzas Armadas de Honduras realizan sus propias investigaciones para esclarecer el crimen contra dos sargentos dos empleados del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa).
Entre las diligencias que se realizarán está una nueva inspección en la escena de la emboscada y entrevistas con testigos potenciales.
De manera preliminar se informó que los responsables de la masacre de las cuatro personas serían los integrantes de una banda criminal que opera en
Tegucigalpa
y en el departamento de
Olancho.
Sin embargo serán las investigaciones las que confirmen o descarten este extremo.
Entre las interrogantes que han surgido sobre el hecho criminal es por qué se asignaron apenas dos elementos del Ejército para custodiar los siete millones 200 mil lempiras y no se pidió más apoyo militar o policial para evitar un acto criminal.
Ayer, el presidente de
Banadesa,
Johnny Handal, reveló sus sospechas de que “alguien del banco les dio información” a los criminales.
En la emboscada
fallecieron
Fredy Jonan Fonseca
Palma (50) y José Encarnación
Murillo Ruiz
(43), empleados de
Banadesa, y los sargentos Gerardo
Enrique
Sánchez
Moya (33) y
Wilfredo Oseguera Rodríguez
(51).