Tegucigalpa, Honduras.-Honduras se encuentra de luto tras el trágico accidente aéreo ocurrido en Roatán, Islas de la Bahía, donde 12 personas, entre ellas dos menores de edad, perdieron la vida. La tragedia ha puesto en evidencia las limitaciones que enfrenta Medicina Forense para atender emergencias de esta magnitud, debido a la ausencia de una morgue en la isla, lo que ha retrasado los procesos de identificación y autopsia de los cuerpos.
El director de Medicina Forense, Mario García, explicó que los cuerpos están siendo trasladados a San Pedro Sula, donde se realizarán las autopsias. “Si hay buenas condiciones del cuerpo, va a depender de si hay alguna complejidad en alguno de los casos, que esperemos que no sea así. Esperamos que al final del día ya estén realizadas las autopsias”, expresó.
Actualmente, el traslado de las víctimas se lleva a cabo en avionetas, con cada aeronave transportando un máximo de cuatro cuerpos. Tres equipos de Medicina Forense, compuestos por tres personas cada uno, trabajan en la recepción e identificación de los cadáveres.
Sobre este tema, García lamentó que el proyecto de construcción de una morgue en Roatán se haya estancado debido a problemas de financiamiento externo. “Uno de los proyectos que estaba en realización para que fuera una realidad era la morgue en Roatán. Eso hubiera agilizado bastante la situación. Desafortunadamente, debido a los costos elevados y a la situación con la gestión de los Estados Unidos, nos hemos visto en la necesidad de detener algunos proyectos, que esperamos en un futuro retomar”, explicó.
A pesar de estas dificultades, el equipo de Medicina Forense mantiene la esperanza de que los proyectos de infraestructura continúen su curso en los próximos meses. “Como mencioné ahorita, hablé específicamente de la morgue de Roatán. Sin embargo, sí hay otros proyectos. Tenemos paciencia y estamos esperando que pasen los famosos 90 días que se mencionó. Realmente estamos optimistas de que va a haber una reconciliación en relación con los proyectos que tenemos”, añadió García.
El accidente aéreo ocurrió minutos después del despegue de una aeronave con destino al Aeropuerto Guillermo Anderson (antes Golosón), en La Ceiba. En total, 17 personas viajaban a bordo cuando la nave cayó al mar. Entre las víctimas mortales figuran ciudadanos hondureños, estadounidenses y franceses. La lista de fallecidos incluye a menores de edad, lo que ha causado aún más conmoción en la sociedad hondureña.
El jefe de navegación de aeronáutica civil, Carlos Padilla, informó que la aeronave sufrió un desperfecto poco después del despegue. “La aeronave, al momento de despegar, realizó un giro a la derecha donde cayó al mar”, indicó. Además, confirmó que la Línea Aérea Nacional de Honduras S.A. de C.V. (LANHSA) había pasado inspecciones satisfactorias entre el 11 y el 14 de diciembre de 2024, y que su certificado de operación fue otorgado el 6 de enero de este año.
Las labores de rescate fueron arduas y tomaron varias horas debido a que los cuerpos quedaron sumergidos en el mar. A esto se suma el desafío de recuperar la aeronave para determinar la causa exacta del siniestro. “Estamos a la espera de la investigación, conscientes de que será complicado, ya que la aeronave está en el fondo del mar y habría que sacarla para deducir qué pasó”, agregó Padilla.
A pesar de las dificultades, los cuerpos de rescate lograron salvar a cinco personas, quienes fueron trasladadas a hospitales de San Pedro Sula y La Ceiba para recibir atención médica. Los sobrevivientes han sido identificados como Jayro Vargas Reyes, Luis Mejía, Helene Odile Guirvach, Liliana Rosa Estrada y Alejandra Henríquez.