'Mi papá murió trabajando para traernos comida', fue la dolorosa reflexión de un menor que perdió a su padre a causa de la violencia.
La víctima es el guardia de seguridad Jonatan Perdomo, quien fue asesinado fríamente en un asalto a una agencia bancaria en Choloma, Cortés.
Los rostros llenos de lágrimas de niños y jóvenes, que muchas veces quedan desamparados, no son considerados por las crudas cifras de la violencia en Honduras.
Y pese a que los medios de información registran la muerte de inocentes cada día, no hay datos oficiales que puedan exponer la cantidad de menores que quedan en la orfandad producto de hechos violentos.
Orfandad en Honduras
El Comisionado Nacional de Derechos Humanos, (Conadeh) registró un total de 200,597 menores huérfanos en Honduras hasta el 2008.
Del total de menores en orfardad, unos 145,851 perdieron a su padre, mientras que 46,165 perdieron a su madre y 8,531 a ambos padres.
Un dato revelador es que el 42.6 de los menores perdió a su padre en un hecho violento, específicamente un homicidio.
Una fuente del Conadeh reveló que aunque no se tiene estadísticas de años posteriores al 2008, esta es una tendencia que se mantiene a lo largo del tiempo.
Los desamparados
En el caso de Jonatan Perdomo, su cruel asesinato movió a la solidaridad al propio presidente de Honduras Juan Orlando Hernández, a la primera dama, Ana de Hernández, y a otros funcionarios.
La muerte del agente de la Policía de Tránsito Santos Arita no solo causó ingidnación entre la población, también destruyó la oportunidad de futuro mejor para sus hijos.
El hijo mayor de Arita
dejó la escuela y vive con el deseo de ser policía para combatir a personas como las que le arrebataron a su padre.
Estos casos emblemáticos trascienden los medios y reciben la ayuda que necesitan, pero queda muchos más.
Como el niño que al regresar del kinder recibe la triste noticia de que en su propio hogar mataron a su padre, o la niña que le pide a su abuela que no llore porque su papá se aflige.
Este es el dolor que no registra la estadística, estos son los huérfanos que con cada muerte aumentan y que este día no podrán abrazar y besar a su padre.