Santa Bárbara, Honduras.- Sobre una mesa cubierta con una manta blanca, en el interior de la humilde vivienda de sus abuelos, yace el féretro donde reposan los restos de Kimberly Sabillón, la niña que fue abusada y asesinada en la aldea Paraíso, en Pueblo Nuevo, Petoa, Santa Bárbara.
Dentro de la vivienda se escucha el llanto desconsolado de la madre, mientras un grupo de vecinos acompaña a la familia para intentar darles fuerzas, aunque tampoco ocultan el dolor y la ira por el trágico hecho que alteró la tranquilidad del pueblo.
“Eso que pasó fue tremendo, duele; estoy sin palabras. El pueblo entero sufre, toda Honduras la sufre. Es muy duro y difícil”, expresó un vecino de la zona, visiblemente consternado.
“Nos pesa la muerte de la niña, todos estamos aquí desconsolados. La mamá dice que ya no la va a peinar y eso le conmueve el corazón a una como madre, porque yo soy madre de tres niños”, lamentó otra vecina que llegó a darle el último adiós a Kimberly.
“No es fácil soportar este dolor, nada nos lo puede quitar; solamente le pedimos a Dios que nos dé fuerzas”, agregó.
La menor sería enterrada este miércoles en el cementerio de la comunidad entre la 1:00 y las 4:00 de la tarde; sin embargo, serán los padres quienes decidirán la hora para darle el último adiós a la niña de seis años.
Crimen
El crimen de la menor se produjo el lunes, luego de que desapareciera cuando fue a hacer un mandado a una pulpería, diligencia que su abuela materna le había solicitado.
La desaparición ocurrió alrededor de las 11:00 a. m. Al ver que no regresaba, los familiares comenzaron a buscarla por toda la comunidad. Fue hasta las 6:00 p. m. cuando la encontraron muerta en una quebrada.
El cuerpo estaba cubierto con hojas de matas de guineo y no tenía puesto su pantalón. El agresor habría llevado a la menor a un barranco cercano a la casa donde vivía con sus abuelos maternos.
El cadáver presentaba heridas provocadas con machete. Horas después del hallazgo, la Policía capturó a un individuo como sospechoso del asesinato.
Juan Sabillón, tío de la niña, dijo que la familia no tiene problemas con nadie y señaló que el detenido es “un tipo drogadicto que llegó hace poco a vivir a la comunidad”.
“Tiene que hacer justicia la Policía, porque si ya lo agarraron y él fue, tienen que hacer justicia. Si lo dejan libre, nos va a tocar a nosotros cobrar justicia por nuestra propia cuenta”, expresó Sabillón, visiblemente indignado. Comentó que cerca del lugar donde mataron a su sobrinita encontraron las malteadas que la niña había ido a comprar. A la pequeña Kimberly le gustaba la poesía.
La familia está a la espera de los resultados de la autopsia para determinar si existen pruebas que vinculen directamente al capturado y que la Policía proceda con las acciones correspondientes.