Tegucigalpa, Honduras
La zozobra e impotencia se ha apoderado del diario vivir de los habitantes de la colonia Centroamérica Oeste, de la capital de Honduras.
Esta situación ha sido generada debido a los constantes asaltos y robos de vehículos de los que son objeto sus vecinos, principalmente la zona del bloque “F” del citado vecindario.
Algunos vecinos que prefirieron el anonimato manifestaron a EL HERALDO que “se ha vuelto invivible la Centroamérica Oeste, esta situación nos tiene de correr” lamentó uno de los habitantes.
En los últimos meses el robo de automotores ha sido una constante en el sector donde se encuentra el centro escolar Las Américas.
Un vecino contó que “comenzaron saqueando los carros, robándoselas baterías y los accesorios como herramientas y llantas de repuesto, pero ahora se llevan los carros”.
Según las investigaciones realizadas por EL HERALDO, el último de los robos se produjo el miércoles 24 de mayo y aunque se puso la denuncia, al parecer no hubo respuesta de las autoridades.
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Conexión con el anillo
Según sus propios habitantes, los robos desmedidos de automóviles y a viviendas se incrementaron desde que hace algunos años se abrió una calle que conecta a dicha colonia con el anillo periférico.
Esta calle da la opción para que también tengan acceso a la Centroamérica Oeste pobladores de las colonias Altos de la Centroamérica, José Ángel Ulloa y Cantarero, entre otras, en las que hay presencia de miembros de pandillas.
Aunque se ha denunciado a la línea de emergencias 911 de forma anónima por parte de los afectados, aseguran que poco o nada se ha hecho para tratar de dar captura a los que delinquen en esa zona de la ciudad.
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No han recibido denuncias
En la estación policial de la colonia Centroamérica Oeste, perteneciente al distrito 2-5, están asignados ocho agentes preventivos y diez miembros del escuadrón Cobras. Estos 18 policías hacen turnos, por lo que permanentemente hay nueve de ellos a disposición de la ciudadanía.
Al consultarles sobre el robo de vehículos que se está dando en el vecindario al cual deben seguridad, aseguraron que de ninguno de los robos habían recibido denuncia por parte de los afectados.
“Tenemos a disposición para brindar seguridad a la zona cuatro motocicletas y dos radiopatrullas, nosotros hacemos la labor de vigilancia en la zona, pero no hemos recibido ninguna denuncia sobre eso”, afirmó unos de los agentes policiales.
Se agrava cada día
Mientras pasan los días la situación se ha agudizado manifiestan los vecinos; el último de los casos fue un saqueo que sufrió uno de los automotores estacionados en las cercanías de una farmacia de la zona.
El modo de operar de los delincuentes es esperar a que llegue la noche y que no haya transeúntes para proceder a desvalijar cada carro que se les ocurra.
Cuando han tenido que robarse los vehículos los empujan con el motor apagado y los asaltantes luego los encienden al bajar una pequeña pendiente que da al anillo periférico. Lo pobladores esperan que después de realizadas las denuncias las autoridades correspondientes den con el paradero de los responsables de tanto asalto que mantiene en vilo a la Centroamérica Oeste
