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Marisela Bustillo: 'Tuve que rechazar dos propuestas de matrimonio”

La productora de cine y TV confiesa: “Soy una artista frustrada”

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25.10.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- De niña jugaba a construir barquitos de papel para verlos navegar por las corrientes de Comayagüela, de joven se puso el traje de actriz para interpretar a Carmen en la película “No hay tierra sin dueño” y de adulta se formó un nombre en la producción cinematográfica de Honduras.

“Yo tengo más de 200 trabajos hechos”, dice con modestia Marisela Bustillo, mientras en el escritorio de la catedrática de Periodismo se deja ver un testigo de su amor por el cine y la televisión: “La pantalla rota” de la tica María Lourdes Cortés; “es un libro muy lindo”.

Su voz tenue y pausada refleja su personalidad de siempre y disimula la polifacética vida de esa productora de edad oculta. “No le voy a decir mis años, no me saque la cuenta”, advierte entre risas antes de confesar: “Yo era una niña callada; soy seria y poco risueña, a pesar de estar en un mundo público como la política, el cine, el teatro y la docencia”.

Entre el confort del cubículo 406 del Edificio C3 de la UNAH, la excoordinadora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Nacional invita un bote de agua, se asegura ante el espejo que el maquillaje esté en su lugar y se acomoda en su silla.

El “no me gusta compartir mi vida personal” se va rompiendo como una telaraña que se deshace de a poco con la lluvia y se empiezan a conocer detalles de esa hija, hermana, abuela y madre divorciada.

“Yo siempre quise tener niñas, pero Dios me bendijo con dos varones”, cuenta en medio de un charla que se hila al ritmo propio de Tictac...

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Licenciada, ¿cómo es eso que es introvertida y ha tenido una vida pública?

Sí, es contradictorio. No fui muy traviesa, sí fui muy hiperactiva en mi juventud. Yo estudiada teatro en el día, Periodismo en la noche y pertenecía a un grupo de intercambio. Me fui a los 17 años a estudiar a Estados Unidos y esa experiencia, con otra familia y sin hablar el idioma, me forzó a ser un poquito más comunicativa. En tres meses ya estaba hablando inglés.

Pero salía a divertirse...

Como todo adolescente, yo iba a fiestas, le poníamos gasolina al carro de un compañero e íbamos a divertirnos. Bailaba toda la noche. En mi despertar, que ya me solté un poco, aprendí a bailar en pareja con un estudiante de intercambio de Noruega.

¿Y sigue latente ese gusto por el baile o es pasado?

Me fascina bailar, pero ya no tengo con quién. Cuando hay oportunidad bailo. El año pasado aprendí a bailar bachata, que era un reto para mí. Yo me dejo llevar por el caballero, así que si él sabe bailar, ahí vamos. Lo que no me gusta es la vulgaridad.

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¿Cómo le fue en el amor?

¡Ay, Dios mío!... es que tengo un ex. No le voy a mentir, yo tuve muchos pretendientes, tuve dos propuestas de matrimonio, una a los 19 años y otra a los 22, pero no me quería casar y no me entendían que quería terminar mi maestría y trabajar para ser independiente.

Tuve que rechazar dos propuestas de matrimonio de distintas personas, pero no era el momento de casarme. Luego conocí al papá de mis hijos, el doctor Henry Mancía.

En su etapa de estudiante en la universidad con compañeros de la carrera de Periodismo.

En su etapa de estudiante en la universidad con compañeros de la carrera de Periodismo.

¿Cómo fue esa historia de amor?

Por 12 años fuimos grandes amigos de teatro y nos mirábamos allí; luego me fui a estudiar a Estados Unidos y él a Rusia. En los 90, ya de regreso en Honduras, nos reencontramos. Después de que ya había estudiado, tenía trabajo, mi apartamento, había viajado mucho y había parrandeado, dije: 'Ahorita es el momento que tengo que establecer mi matrimonio, mi familia y mi hogar; me toca ser mamá'.

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¿Qué le hizo pensar que él era la persona indicada?

Siempre pensé que quería estar con un hombre inteligente, con estudios universitarios. No podía ni puedo estar con un hombre que me hable de fútbol y carros. Cuando era joven, aprendí de fútbol y carros para sostener conversaciones con muchachos que me gustaban, ja, ja, ja... Después me dije: 'Por qué tengo que adaptarme o fingir algo que no siento'. Con Henry no tuve ese problema porque los dos éramos académicos y nos interesaba el arte y la cultura.

¿Cuántas veces se enamoró en la vida?

Es que yo ya no creo en el amor, ja, ja, ja. Yo creo que es más importante constituir una relación de pareja y no pensar en el amor romántico, que le va a solucionar todo. Es una relación de compañerismo, de compartir finanzas, fracasos y enfermedades; el amor no es algo romántico, no son flores y chocolates. A estas alturas del partido, no creo en ese amor romántico y en ese que me dan maripositas en el estómago.

¿Por qué decidió estudiar Periodismo?

Siempre me han gustado las partes creativas, no me atrae para nada el área de la salud ni la económica. Al estudiar Periodismo no me imaginé nunca trabajando en un periódico o en un medio como reportera, fue para seguir a mis estudios de posgrado. Ha sido una excelente base porque saber escribir y expresarse es muy importante en cualquier profesión.

Y el gusto por el cine, ¿dónde nace?

A mí me gusta el arte, yo soy una artista frustrada. Yo quería ser balletista y tomé clases, quería ser pianista y tomé clases, quería ser actriz y estudié teatro, entonces creo que dentro de mí hay una artista que no se ha podido desarrollar plenamente.

¿Pero cómo ingresó al mundo de la cinematografía?

Cuando estaba terminando mi carrera de Periodismo, fui a entrevistar a Sami Kafati para hacer una tesis de los problemas de la cinematografía en el país. Me dijo que quería hacer una película, que tenía el guión y que la hiciéramos. Sin saber, estábamos trabajando con el mejor director de cine y el mejor equipo tecnológico de Centroamérica.

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¿Es esa la obra más especial para usted?

Sí, una obra a la que yo le tengo cariño es 'No hay tierra sin dueño'. Yo no me esperaba que Sami me dijera que yo hiciera el papel de Carmen, cuando era uno de los papeles protagónicos. Hace dos domingos, mi familia me vio en Televicentro y me dijeron: 'Hasta hoy te vemos, 30 años después'. También hice 'Lety, mujer de generaciones' y “Alto riesgo'.

Como productora hice 'Limpiando chaqueta' y 'Las cuatro tablas', que fue un gran reto porque lo hicimos en tres meses. Además, fui productora ejecutiva de 'Anita, la cazadora de insectos”.

Como catedrática, ¿cree que la Escuela está sacando los periodistas que demanda el mercado?

Yo tengo exalumnos que ejercen el periodismo muy bien y estoy orgullosa de ellos, pero también egresan jóvenes que no tienen un desarrollo profesional ético. Nosotros le podemos dar las técnicas de redacción, de producción audiovisual y de radio, pero la ética es algo profesional. Los periodistas en Honduras no solo se tachan por su mala redacción, sino porque no soy muy éticos, no son muy honestos.

¿Tiene otras pasiones aparte del cine?

¡Ay! A mí me fascina viajar y cuando lo hago jamás me meto a un mall, sino que me voy a galerías de arte y museos. He estado en Alemania, Francia, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Argentina, Colombia, Brasil... Creo que cada vez que uno viaja se le abren los ojos y entiende el mundo.

¿A qué le tiene fobia?

No es una fobia, pero tengo un rechazo total a la violencia: a los gritos, a los golpes y a todo tipo de violencia. No tolero la violencia, me produce inmediatamente una inestabilidad emocional.

Pasando a la política, fue candidata a diputada por el Pinu. ¿Es más difícil salir electo en un partido pequeño?

Sí porque uno no tiene los mismos recursos y ahorita se ha evidenciado de dónde vienen algunos recursos. En los partidos no tradicionales el trabajo tiene que ser más de hormiguita. Yo siento que nunca desarrollé una carrera política porque no vivía de la política, sino que hacía un voluntariado. Tenía como meta cambiar ese reglamento interno del Congreso Nacional y quitarle los subsidios a los diputados.

¿Es usted lo que soñó ser?

Soy feliz porque sé un poquito de todo. He trabajado como empresaria y desarrollamos un poquito el cine hondureño... y después compartir el conocimiento con los alumnos me da otra satisfacción. Tengo una familia maravillosa, súper grande y unida. Yo sí me siento una mujer totalmente realizada, pero me falta un montón por aprender...

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