Tegucigalpa, Honduras.- En el marco de su 75 aniversario, el Banco Central de Honduras (BCH) abrió sus salas a "Transmutante", la más reciente muestra artística de Orlando Roque.
Desde el 21 de agosto y hasta diciembre, los visitantes pueden recorrer un espacio donde el color, la textura y la materia invitan a un viaje introspectivo en el que la obra y el espectador se encuentran en constante diálogo.
Durante la inauguración, la directora del BCH, Sonia Aspra, expresó que la sala se llenaba de "color, textura y emoción" para recibir una obra que "nos habla de transformación, tránsito y evolución".
Por su parte, el artista hondureño agradeció el respaldo de la institución y de quienes participaron en el desarrollo de la obra, señalando que “un proyecto como este no surge de la inmediatez; es el resultado de un recorrido, de búsquedas y hallazgos, de duda y certeza, pero sobre todo del acompañamiento humano”.
A su vez, destacó la importancia de la familia y amigos, así como del crítico de arte Carlos Lanza, cuyo aporte conceptual fue fundamental: “Él fue el primero en confiar en esta propuesta. Su mirada sensible ha sido un pilar en el desarrollo”, comentó.
Tras su discurso, se realizó el tradicional corte de cinta a cargo de Aspra y del propio Roque, dejando oficialmente inaugurada la exposición.
Acto seguido, el artista ofreció personalmente un recorrido guiado a los asistentes, explicando los procesos, las capas de color y la intención de las series que conforman la muestra —“El movimiento vital del Génesis”, “Sistema límbico”, “Conexiones vitales” y “La geometría de las emociones”— e invitando al público a conectarse con las emociones que habitan en su obra.
Y es que según el artista, "la materia es la carne que se renueva cada día; nos transformamos y nos reinventamos", y esa mutación constante es, precisamente, el corazón de la exposición.
A medida que los asistentes recorrían la sala, Roque explicó cómo cada serie refleja movimiento vital, equilibrio de emociones y paisajes interiores, y señaló que la geometría y los contrastes buscan que la obra no se perciba como estática, sino como un flujo constante de transformación que invita a reconocerse y dialogar con la pintura.
La visión curatorial de Lanza
La mirada del curador de la muestra permite comprender la dimensión poética y emocional de "Transmutante".
Para Lanza, los trazos de Roque “ciñen la luz en la memoria de un cuerpo que se transmuta en otra materia” y el color se concentra “como un racimo de pájaros agitando sus alas sobre el lienzo”.
El crítico subrayó que la obra se manifiesta como una "transmutación que disuelve el cuerpo en un espejo de sal donde la nostalgia sueña la victoria de las formas”, y enfatizó que cada pieza establece un diálogo sutil entre lo visceral y lo poético, entre la emoción y la memoria.
Finalmente, los visitantes concluyeron su recorrido con la sensación de haberse encontrado en la obra y en sí mismos, recordando que —tal y como dijo Roque— “todos somos transmutantes”.
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