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Mary Morales: Un premio necesario, una pintura reveladora

En su obra ganadora de la Bienal de Pintura del IHCI, Morales trata el tema migrante con una pincelada libre y una expresión de colores que desmaterializa los cuerpos hasta desgarrarlos en sombras atroces
18.08.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La artista Mary Morales, con la obra “Entre aguas”, ha ganado el Premio Único de la Bienal de Pintura del Instituto Hondureño de Cultura Interamericana (IHCI) 2022.

En términos generales, la bienal no presenta innovaciones formales ni conceptuales, sin embargo, el premio de Morales me parece justo y necesario, hay en esta pintura los genes de una práctica prometedora.

Deseo destacar otras obras que a mi juicio rescatan este evento, que año con año muestra una decadencia preocupante, en ese sentido, se pueden reivindicar las obras “Azul escalofriante (Cianuro)”, de Federico Rosa; “Caminante II”, de Daniel Valladares; “Variaciones del río Lempa”, de la salvadoreña Marta Eugenia Valle; “Brusquedad”, de Wilson Ferrufino; “Equilibrio amarillista”, de Ronald Sierra; y “Convivencia”, de Emerson Valle; lo demás se movió en un experimentalismo trasnochado y en un realismo romántico, visualmente obvio y empobrecido.

Mary Morales: la continuidad de una propuesta

En el año 2019, Morales presentó en el Festival de Los Confines, en Gracias, Lempira, la obra “Migrantes cruzando el río Suchiate”, desde ese momento la artista ya expresaba un lenguaje que encontró toda su madurez en la reciente bienal del IHCI con la obra “Entre aguas”; quizá lo que desentona es que en esta misma bienal presentó una obra llamada “Limpia del solar”, que no tiene conexión conceptual, estructural ni técnica con la pintura ganadora.

Con lo anterior no estoy diciendo que esta obra es mala, al contrario, me gusta, me lleva a mi infancia; solo quiero establecer que cuando se participa en una bienal con dos piezas, es aconsejable que entre ellas exista un diálogo en su nivel de expresión gráfica y conceptual, de esta manera, el o la artista nos informa que participa en una bienal con una idea de proyecto y no con obras aisladas.

Volviendo a la obra ganadora, quiero destacar que ya en la pieza presentada en el Festival de Los Confines exponía un lenguaje similar al expuesto en “Entre aguas”.

El tema, el color, el trazo, la atmósfera espectral, el movimiento y la luz como resplandor son algunos elementos que las colocan en un diálogo de continuidad. Varía la composición y la representación del agua, pero el lenguaje visual las unifica.

Morales trata el tema migrante con una pincelada libre, deshilacha las figuras envolviéndolas en una vertiginosa gama de luces y sombras.

Hasta ahora nadie había tratado ese doloroso recorrido del migrante bajo esta técnica y con esta expresión de colores que desmaterializan los cuerpos hasta desgarrarlos en sombras atroces. Son cuerpos evocados, dotados de una realidad ambigua: son y no son.

Estamos ante trazos de color donde el amarillo ocre, el naranja, el azul phthalo, el magenta y el negro, entre otros, se combinan, o mejor dicho, se estructuran para construir una escena de dolor y martirio.

En la obra de Morales los migrantes no son individuos, son una identidad, un solo cuerpo que sin esperanza se disuelven en el camino, de ese cuerpo solo quedan jirones de carne y una sangre evaporada en el desierto. Al final, la obra se trasmuta en una dolorosa mancha atrapada entre aguas.

El tema de la migración alcanzó preponderancia a partir de las grandes caravanas del año 2018, caravanas que pusieron en evidencia la desgarradora realidad de la mayoría de hondureños y centroamericanos abatidos por la cruda pobreza.

Los artistas se acercaron al problema desde géneros como la instalación, el performance, la fotografía y la pintura, sin embargo, en la mayoría de los casos, el tema fue abordado con acciones, montajes e iconografías con escaso o nulo nivel de complejidad, prevaleció el tono de un lenguaje naturalista, obvio, sin tensiones.

Morales abordó la problemática de la migración tomando como referencia fotografías que luego ejecutó sobre el lienzo con un lenguaje expresionista potente, dotado de una energía vigorosa, vital; de allí que su pintura tenga el sello del desparpajo humano de la migración.

En este punto es oportuno señalar una característica central en el programa estético de Morales, me refiero a la función del color: en su obra el color construye el dibujo, estructura los planos, define la profundidad, edifica la atmósfera, propone la densidad de la imagen y articula la dimensión del concepto.

En Morales, todas las coordenadas de la obra se organizan a partir del color, el color es la forma. En “Entre aguas” hay una unidad cromática solvente, no hay absolutamente nada fuera de lugar.

Estos son los resultados cuando una artista hace dialogar su obra en el tiempo, cuando descubre que una obra puede ser el epicentro de un proyecto, cuando advierte que una pieza puede ser derivativa de otra y busca sacarle el mejor provecho. No la veo repitiéndose, la veo encontrándose, superándose a sí misma.

Un premio que debe honrarse

A todo artista ganador de una bienal, en este caso, Mary Morales, se le debe patrocinar una exposición por parte de la institución organizadora para darle la oportunidad de que demuestre que lo suyo es algo más que vivir esos 15 minutos de gloria que proporciona la vanidad de un premio.

Destaco este premio porque entre tanta pintura mediocre ya era necesario que un trabajo realizado con tanta calidad y honestidad fuera premiado, este no es un premio solo para Mary Morales y su esfuerzo, es sobre todo, un premio a la buena pintura que tanto hacía falta en el país.

Pienso que Morales debe hacer el esfuerzo por realizar una exposición individual.

Siento que “Migrantes cruzando el río Suchiate” (2019) y “Entre aguas” (2022) son dos obras que pueden derivar en un magnífico proyecto que más allá de la gloria de un premio, nos deje un gran aporte artístico-cultural a la plástica hondureña.

Estas dos obras ya nos avisan que estamos ante un tratamiento pictórico en desarrollo que puede proponer una visión artística del migrante, de implicaciones inéditas en el uso del color y en la definición de las formas, algo distinto se está gestando en el pincel y en la paleta de Mary Morales.